Bahrein reforzó el jueves las medidas de seguridad en vísperas del Gran Premio de Fórmula 1, un acontecimiento que la oposición desea aprovechar para “hacer escuchar” su reivindicación de una monarquía constitucional.

Se desplegaron refuerzos policiales a lo largo de la ruta principal que une a Manama con el circuito de F1 de Sajir, al sur, y se colocaron puestos de control en las rutas que llevan a las aldeas chiitas, consideradas como los focos de la contestación antigubernamental, según testigos.

Bahrein, un pequeño país del Golfo dirigido por la dinastía sunita de los Al Jalifa, está agitado desde febrero de 2011 por un movimiento dirigido por la mayoría chiita, que pide una monarquía constitucional.

La poderosa organización opositora chiita Al Wefaq convocó a sus partidarios a reunirse pacíficamente el viernes. Ese día se realizarán los ensayos libres del Gran Premio de Bahréin, organizado el domingo en el circuito de Sajir.

Otro grupo opositor, “el Colectivo del 14 de febrero”, más radical, llamó a manifestar en la capital bajo la consigna “Impidan el Gran Premio manchado de sangre”.