El glaciar de la isla de Pinos, situado en el oeste de la Antártida, podría continuar derritiéndose durante décadas, contribuyendo al aumento del nivel de los océanos, según una investigación publicada el jueves en la revista estadounidense Science.
Geólogos británicos, estadounidenses y alemanes estudiaron la evolución del glaciar y revelaron que hace unos 8.000 años se derritió con la misma intensidad que en las últimas décadas. Este descubrimiento ayuda a construir un modelo importante para anticipar su comportamiento futuro, según los investigadores.
El glaciar de 160.000 km2 registra actualmente un aceleramiento de su ritmo de deslizamiento y una reducción de su masa. Los geólogos explican este fenómeno a partir de un aumento del volumen de agua más caliente circulando bajo el glaciar.
Después de veinte años de rápido derretimiento de los glaciares, y considerando que el glaciar de Pinos es responsable del 20% de la contribución de la parte occidental de la Antártida al aumento del nivel del mar, los científicos se preguntan acerca de la masa de hielo que terminará en el océano en el futuro.
“El hecho de que (el glaciar) se haya derretido tan rápido en el pasado muestra hasta qué punto es sensible a los cambios en el medio ambiente y cuántos efectos drásticos y duraderos pueden provocar pequeños cambios”, dijo Joanne Johnson, del instituto británico de geofísica de la Antártida.
“Sobre la base de lo que sabemos, podemos esperar que la pérdida rápida de hielo continúe durante largo tiempo”, agregó la investigadora.
La fundición de este glaciar supera actualmente las 100.000 toneladas anuales contra 20.000 por año entre 1992 y 2011.
El hielo fundido contribuirá a aumentar el nivel del mar de 3,5 a 10 milímetros en los próximos veinte años, según el modelo elaborado por los investigadores.