Poniendo en evidencia el concepto de “karma”, una escuela de atacantes suicidas en Irak perdió a uno de sus instructores y sus 21 estudiantes, cuando la demostración del uso de un cinturón con explosivos acabó haciendo estallar todo el recinto.

El hecho ocurrió la mañana del lunes en un campo de entrenamiento de un grupo escindido de Al Qaida, conocido como el Estado Islámico de Irak y Siria, emplazado al norte de Bagdad, informó el New York Times.

Fuera de los 22 muertos, otros 15 milicianos resultaron heridos en la explosión. 8 de ellos intentaron escapar pero fueron detenidos por la policía iraquí. Además se incautaron bodegas llenas de explosivos, incluyendo 10 coches bombas listos para ser utilizados.

Como si se tratara de una rutina de humor negro, la población civil de Irak parece haber recibido con alegría la noticia, cansada de los continuos ataques suicidas que cobran víctimas entre la población.

“Esto es tan gracioso. Demuestra cuán estúpidos son estos perros e hijos de perro (sic)”, afirmaba entre risas el encargado de una tienda de licores en Bagdad, Raad Hashim. “Sin embargo también me duele. Me hace recordar a toda la gente inocente que han matado”.

Otro residente de la zona entrevistado por el matutino también reaccionó con júbilo. “Lo supe cuando un amigo me llamó en la tarde para contarme. Estaba tan contento como si fuera a casarse. También me hizo muy feliz. Espero que ardan sus tumbas y ojalá hubieran muerto más de ellos. Lo merecen por uno de mis amigos que mataron durante un ataque suicida en 2007″, expresó.

2013 fue uno de los años más violentos en Irak desde la invasión estadounidense, con cerca de 9.000 muertos en hechos de violencia; 1.000 de ellos sólo en el último mes. De ellos, uno de los más temidos por las víctimas civiles involucradas son los atentados suicidas, los que pasaron de 3 en noviembre de 2012, a 50 en noviembre de 2013.