Tras su polémica estancia en Brasil, donde organizó una escandalosa fiesta con fans e incluso trató de volver a su habitación con dos prostitutas, los dueños de un hotel en Nueva Zelanda decidieron hacer firmar al cantante un contrato que le prohíbe realizar fiestas.

Justin Bieber se encuentra de gira por Oceanía, y el primer país a visitar fue Nueva Zelanda, lugar que no lo recibió ‘tan amablemente’, ya que, específicamente el hotel donde se alojó el cantante, lo obligó a firmar un contrato que lo mantendrá sujeto a un estricto código de comportamiento.

El hotel Langham de Auckland, consignó en su contrato que evitarían cualquier tipo de episodio polémico que puediese amenazar la reputación del establecimiento.

“Justin Bieber será expulsado del hotel si no cumple con las reglas que se han acordado. Teniendo en cuenta que el hotel Langham es uno de los mejores de todo el país, a quienes lo gestionan no les importa absolutamente nada que sea Justin Bieber o cualquier otra celebridad quien les vaya a visitar”, reveló al diario Daily Star una fuente cercana al cantante.

El medio británico aseguró que en el contrato se indica que “Justin no podrá beber alcohol dentro de las instalaciones, ni traer invitados personales. Y desde luego, no podrá perturbar la tranquilidad de otros clientes”.

Aunque el cantante canadiense desembolsó más de 1.000 dólares diarios por su estancia en Auckland, parece que su estadía en ese lugar estuvo lejos de ser el descontrol que generó en Brasil y Argentina.

Tras su paso por el país oceánico, no hubo reportes de incidentes y el propio Bieber se despidió del país a través de su cuenta con un cálido mensaje: “Gracias N.Z. por hacerme sentir como en casa”.