Unos 400 hinchas del Milan bloquearon a los jugadores durante una hora en el estadio San Siro, después de un nuevo resultado decepcionante, empatando 1-1 ante el Génova.

Con gritos de “¡Vergüenza!” y otros con palabras malsonantes, los ultras permanecieron delante de la salida del garaje del estadio.

Una delegación de los jugadores, con el capitán brasileño Kaká y el arquero Cristian Abbiati, hablaron con representantes de los ‘tifosi’ y todo pudo reconducirse. Los futbolistas pudieron entonces abandonar el estadio.

Con este empate, el Milan, que no ha ganado desde el 19 de octubre, es undécimo de la Serie A italiana tras trece jornadas.