Los All Blacks, gracias a una conversión de Aaron Cruden con el tiempo cumplido, lograron un agónico triunfo este domingo en Irlanda por 24-22, con lo que cerrarán con un pleno de triunfos (14) el año 2013.
Impulsada por un público entregado, Irlanda estuvo a punto de la sorpresa con un sensacional primer periodo en el que arrolló a unos All Blacks que llegaban a Dublín indiscutiblemente como el mejor equipo del año, con 13 victorias en otros tantos partidos.
Tres tries irlandeses (anotados por Conor Murray en el 5, Rory Best en el 11 y Rob Kearney en el 18) y dos conversiones de Johnny Sexton (6 y 12, fallando la tercera) colocaba el marcador en un sorprendente 19-0 en el minuto 19 del partido.
El ‘wing’ Julien Savea, uno de los neozelandeses más destacados de la gira europea, cortó la hemorragia anotando en el ‘ingoal’ irlandés a los 26 minutos.
Cruden, suplente de lujo de la estrella Dan Carter, ausente en Dublín por lesión, no falló la conversión y dejó el marcador en 19-7.
Antes del descanso, el XV del Trébol aún amplió diferencias al anotar el pateador Sexton un penal (34) con el que se llegó al ecuador con ventaja local (22-7).
La gran duda era si los irlandeses iban a poder aguantar el trepidante ritmo impuesto en el primer periodo.
Los jugadores de Joe Schmidt, el entrenador neozelandés de Irlanda, se dedicaron fundamentalmente a tratar de conservar la ventaja, pero los All Blacks fueron recortando poco a poco la desventaja.
Un try de Ben Franks pasado el ecuador del segundo periodo (64) y la posterior conversión de Cruden dejaban a los neozelandeses con la posibilidad de remontar si lograban otro ensayo convertido en el último cuarto de hora del partido (22-17).
Irlanda contuvo como pudo la marea negra en ese tramo final, e incluso tuvo la oportunidad de sentenciar, pero su chutador Sexton mandó un penal ligeramente a la derecha de los palos neozelandeses.
En lugar de eso, los All Blacks continuaron creyendo en la victoria hasta el final y obtuvieron la recompensa a su fe sobre la bocina final.
Crotty, que había sustituido a Israel Dagg, empató el partido con el tercer try neozelandés, que acabó cruelmente con la resistencia de los irlandeses, que creían poder ganar al fin a Nueva Zelanda en 106 años de enfrentamientos entre ambas naciones.
Con el tiempo cumplido, Cruden tenía el último chute para dar la victoria a su equipo. Para mayor suspense, falló en su primer intento, pero el árbitro, el galés Nigel Owens, lo mandó repetir porque dos irlandeses se adelantaron en la acción, tratando de molestar al joven pateador de los All Blacks.
A la segunda fue la vencida, Cruden no falló y dio el triunfo a unos All Blacks que cierran invictos el presente año.
El día que Brian O’Driscoll festejó su 128 partido con la camiseta verde, empatando con Ronan O’Gara como jugadores irlandeses con mayor número de internacionalidades, Irlanda se quedó a las puertas de celebrar su primera victoria en 28 partidos ante los All Blacks, que dominan ahora por 27 triunfos y un empate.