Estados Unidos eliminará lo antes posible las armas químicas que dejó abandonadas en una isla del Pacífico de Panamá “lo antes posible”, aseguró este viernes el canciller panameño, Fernando Núñez.

“El Secretario (John) Kerry me prometió que iba a dar seguimiento para que fuera una realidad (la eliminación de armas químicas) lo antes posible”, aseguró Núñez a los periodistas.

Según Núñez, la operación de limpieza podría realizarse “a principios del año”, cuando en Panamá es verano, porque “el acceso (a la isla) se hace mucho más difícil cuando está lloviendo” después de mayo.

Núñez se reunió con Kerry el miércoles pasado, en una gira de 4 días que lo llevó a Washington.

En Isla San José, en el archipiélago de Las Perlas en el Golfo de Panamá, a 80 kilómetros del canal, el ejército de Estados Unidos realizó pruebas con gas mostaza, fosfógeno y otros agentes nerviosos para una invasión a Japón durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y luego para la guerra de Vietnam (1964-1975).

La isla de 44 km cuadrados también fue escenario de pruebas y experimentos militares por parte de Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá, tras la Segunda Guerra Mundial.

La limpieza de las armas químicas que quedaron abandonadas en la isla -cinco bombas de 1.000 a 2.000 libras y otra de 500-, estaba prevista para finales de año, pero el gobierno estadounidense no la había presupuestado para este ejercicio, por lo que se hará en el 2014.

“Había un acuerdo en firme con el departamento de defensa y simplemente lo que había pasado era que cuando vino el paro en octubre no había presupuesto”, aseguró Núñez.

Tanto el gobierno panameño como diversas organizaciones aseguran que, tras su retirada de Panamá en 1999, el ejército estadounidense dejó una importante cantidad de armas en este país.

De hecho, se estima que aún hay más de 10 hectáreas en la ribera del canal de Panamá con armamento convencional sin detonar.

Estados Unidos mantuvo bases militares en Panamá desde que construyó el canal interoceánico, inaugurado en 1914, hasta su retirada el 31 de diciembre de 1999.

La operación de limpieza tiene un costo de entre dos y dos millones y medio de dólares, que serán costeados por Estados Unidos.