Las perspectivas de la conferencia de paz sobre Siria en Ginebra en noviembre se presentaban sombrías este miércoles, después de que los actores clave desdeñaran los esfuerzos occidentales y árabes para convencerlos de que asistan.

El encuentro que mantuvieron el martes en Londres los líderes de la oposición siria y representantes de 11 países de los llamados Amigos de Siria terminó con resultados poco notables, más allá del acuerdo de que el presidente sirio, Bashar al Asad, no puede formar parte de un futuro gobierno.

Los líderes de la Coalición Nacional -principal grupo de coalición- insistieron en que no participarían en la conferencia de Ginebra, que tendrá lugar a finales de noviembre, si acude algún miembro del régimen, y reiteraron su exigencia de que Al Asad abandone el poder.

El presidente sirio, que rechaza sistemáticamente reconocer a la Coalición como un interlocutor legítimo en las negociaciones, no se muestra dispuesto a atender esta petición e incluso prevé presentarse a la reelección en 2014.

Al menos 115.000 personas murieron en Siria desde el inicio del conflicto, hace dos años y medio, según datos del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

El ministro de Relaciones Exteriores británico, William Hague, dijo que durante el encuentro del martes se pidió a la Coalición que se comprometa “completamente” con las conversaciones de Ginebra-2, y explicó que se acordó apoyar la formación de un gobierno de transición.

El jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, asumió una posición similar, diciendo que Al Asad había “perdido toda legitimidad”.

La oposición siria se reunirá a principios de noviembre para definir su posición de cara a las negociaciones de Ginebra, que suceden a otra conferencia en la misma ciudad en junio de 2012.

CONDICIONES PARA LAS CONVERSACIONES EN GINEBRA

El líder de la Coalición Nacional siria, Ahmad Jarba, fue firme en sus condiciones.

“No habrá negociaciones en absoluto si no nos aseguramos que en esta reunión, Ginebra 2, se establece un periodo de transición y que Asad se vaya”, dijo en árabe, según la traducción de un intérprete, tras el encuentro del martes en Londres.

Por su parte, Al Asad desdeñó las posibilidades de que en la conferencia de paz se alcance un acuerdo, diciendo que “aún no están reunidas las condiciones si queremos (que Ginebra 2) tenga éxito”, en una larga entrevista transmitida por el canal libanés Al Mayaden.

El emisario de la ONU y la Liga Árabe para siria, Lakhdar Brahimi, insistió este miércoles en que solo una solución política puede ayudar a poner fin al “sofocante y peligroso” conflicto en Siria.

La crisis en este país mediterráneo “amenaza a Siria y a toda la región. Es la más peligrosa para la estabilidad y la seguridad”, dijo Brahimi durante un encuentro con Naser Judeh, ministro de relaciones Exteriores de Jordania, donde continuaba su gira regional.

Washington y Moscú intentan organizar Ginebra 2 desde que alcanzaron un acuerdo para la destrucción del arsenal químico de Siria, tras un ataque con gas sarín en agosto del que la oposición y Occidente culpan a Damasco.

Por otra parte, la activista de derechos humanos Sema Nasar dijo el miércoles a la AFP que las autoridades sirias habían liberado a 14 mujeres detenidas como parte de un triple intercambio de prisioneros que involucra a Turquía, Líbano y Siria, aunque insistió en que decenas de ellas seguían aún presas.

Las autoridades sirias no hicieron comentario oficial alguno al respecto.

Sobre el terreno, el OSDH dijo que 20 efectivos leales al régimen habían resultado muertos o heridos en la provincia de Quneitra, cerca de la frontera con Israel, mientras los militantes dieron cuenta de combates en varias partes de Moadamiyet al Sham, en las afueras de Damasco.