El nuevo Secretario de Estado del Vaticano, el obispo italiano Pietro Parolin, quien fue cinco años nuncio en Venezuela, se convirtió el martes “en ausencia” -debido a problemas de salud-, en la mano derecha del papa Francisco.

“Bienvenido ‘in absentia’ (en ausencia)”, dijo el papa Francisco tras explicar que Parolin tomará posesión del cargo “en unas semanas, debido a la pequeña operación a la que tuvo que someterse”.

Parolin, quien reemplaza al controvertido cardenal Tarcisio Bertone, no pudo asistir a la ceremonia de posesión del cargo debido a que lo sometieron de urgencia a “una pequeña cirugía”, explicó el papa.

“Conoce bien a la familia de la Secretaría de Estado, ha trabajado por años con pasión, capacidad de diálogo y humanidad, sus mayores características. De alguna manera regresa a casa”, comentó el pontífice.

Durante el acto, el cardenal Bertone, de 78 años, trazó un balance positivo de su gestión y del pontificado del papa emérito Benedicto XVI, del cual fue su colaborador más estrecho.

Por su parte el papa Francisco elogió ” la paciencia” mostrada por Bertone de cara a “las contrariedades” que tuvo que encarar durante los siete años que ejerció como Secretario de Estado de Benedicto XVI y le manifestó su “gratitud” a nombre suyo y de su predecesor.

La salida de Bertone, un salesiano sin experiencia en el manejo de asuntos diplomáticos, ocurre después de una serie de escándalos que sacudieron a la Iglesia católica en los últimos años: pederastia, Vatileaks y reforma de las finanzas del Vaticano.

Su gestión estuvo marcada por rivalidades e intrigas en las altas esferas del Vaticano, por lo que fue acusado de errores de gestión, favoritismo y de adoptar decisiones cuestionables.

UNA NUEVA ERA EN EL VATICANO

El nuevo “primer ministro” de la Santa Sede, quien se encuentra internado en un hospital del norte de Italia, deberá comenzar a trabajar en unas dos semanas, según precisó el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi.

Con el cambio de Secretario de Estado, el Vaticano inicia una nueva era, ya que el experimentado diplomático, que habla perfectamente español, se convierte en uno de los colaboradores más cercanos del papa latinoamericano.

Francisco, que defiende una iglesia pobre para los pobres, se comprometió con los católicos de todo el mundo y con la jerarquía de la Iglesia a poner en marcha la reforma de la Curia Romana, la administración central.

El nuevo número dos del Vaticano, considerado como un hombre “modesto, accesible, abierto y competente”, cualidades indispensables para formar parte del equipo del papa Francisco, inició hace 27 años su carrera diplomática en el Vaticano.

Tendrá menos poder que sus predecesores ya que se encargará, sobre todo, de la diplomacia vaticana y de asesorar al papa argentino en esos temas.

Políglota, habla también inglés y francés, resulta particularmente joven para ese puesto.

Hijo del dueño de una ferretería y una madre maestra de escuela, el nuevo primer ministro reconoció en una entrevista que se siente “afín” con la visión de la iglesia que pregona Francisco, austera, sencilla y cercana a la gente.

Ordenado sacerdote en abril de 1980, el padre Pietro Parolin se licenció en derecho canónico en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma y en 1983 entró en la Academia pontificia eclesiástica, encargada de formar al personal diplomático de la Santa Sede.

Su primer cargo fue en Nigeria (de 1986 a 1989) y luego estuvo en México, hasta noviembre de 1992, cuando el papa Juan Pablo II lo nombró subsecretario para las relaciones con el Estado, verdadero “número tres” de la diplomacia vaticana.

El nuevo secretario de Estado vaticano trabajó en varios asuntos delicados, como las relaciones con China comunista, Vietnam e Israel.

Después de pasar un poco menos de siete años al servicio de los secretarios de Estado, Angelo Sodano y Tarcisio Bertone, Benedicto XVI lo nombró en agosto de 2009 nuncio apostólico en Venezuela, un país particularmente difícil debido a las tensiones entre el episcopado venezolano y el gobierno de Hugo Chávez, fallecido en marzo pasado.

“Es una gran elección, un hombre eficaz, buen negociador, muy equilibrado” declaró a la Radio Vaticano Monseñor Jean-Louis Tauran, actual ministro para el dialogo interreligioso y antiguo jefe diplomático de Juan Pablo II.