Una comisión de expertos nombrada por el presidente interino Adli Mansur empezó este domingo la reforma de la Constitución de Egipto, suspendida tras el derrocamiento del presidente Mohamed Mursi, cuyos partidarios convocaron nuevas manifestaciones.
Mientras las nuevas autoridades intentan pasar página de la era Mursi, los partidarios del presidente derrocado siguen exigiendo su regreso al poder, convocando nuevas manifestaciones tras la muerte el viernes de tres manifestantes favorables a Mursi en la ciudad de Mansura.
El ministro de Relaciones Exteriores del gobierno interino, Nabil Fahmy, lanzó una campaña para reforzar la credibilidad del gobierno en el extranjero, casi tres semanas después de que el ejército derrocara a Mursi tras masivas protestas populares en las que se pedía su dimisión.
Compuesta de cuatro profesores universitarios y de seis magistrados nombrados el sábado, la comisión de expertos prevista en la “declaración constitucional” publicada el 9 de julio pasado por Mansur definirá el marco legal de la transición política y de las próximas elecciones.
El equipo tendrá 30 días para redactar las enmiendas, que luego serán presentadas a una comisión compuesta de 50 figuras representativas de la sociedad egipcia (partidos políticos, sindicatos, jefes religiosos, ejército…).
Esta segunda comisión dispondrá de 60 días para presentar la versión final de la Constitución al presidente interino, quien a su vez tendrá 30 días para anunciar la fecha del referéndum.
La precedente Constitución había sido adoptada por referéndum en diciembre 2012, bajo la presidencia de Mursi, con el 64% de votos, pero con apenas un 33% de participación.
Durante los trabajos de preparación de aquella Constitución, la oposición y los representantes de la iglesia se habían retirado de la comisión constituyente, invocando la dominación de los delegados islamistas.
El nuevo gabinete egipcio ha provocado diferentes reacciones en el mundo. La Unión Africana (UA) suspendió la participación de Egipto en la organización panafricana, mientras que el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle, insistió el sábado en “la necesidad de retomar el proceso democrático en Egipto” durante una conversación telefónica con Fahmy.
Reino Unido anuló por su parte las autorizaciones de exportación de equipo militar hacia Egipto por temor a que puedan ser usados contra de los manifestantes.
Pero otros países expresaron claramente su apoyo a las nuevas autoridades.
Tres países del Golfo Pérsico -Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait- anunciaron ayudas financieras a Egipto estimadas en 12.000 millones de dolares.
El rey de Jordania, Abdalá II, se convirtió el sábado en el primer jefe de Estado extranjero en visitar Egipto desde el golpe militar contra Mursi. El monarca jordano ya había sido uno de los primeros líderes en felicitar a las nuevas autoridades egipcias.
Los Hermanos Musulmanes jordanos, una formación cercana a este movimiento egipcio al que pertenece Mursi, denunciaron en cambio “una conspiración liderada por Estados Unidos”.
Las nuevas autoridades egipcias ya recibieron la visita del subsecretario de Estado estadounidense William Burns y de la representante diplomática de la Unión Europea, Catherine Ashton.
Los Emiratos Árabes Unidos enviaron una delegación dirigida por el consejero de política nacional, el jeque Hazaa ben Zayed Al Nahyan, así como a varios ministros.