Defensores y adversarios del presidente Mohamed Mursi, derrocado la semana pasada por el ejército, convocaron manifestaciones en El Cairo este viernes, primero del mes sagrado del ramadán, iniciado con tensiones e incertidumbres políticas tras los graves disturbios de los últimos días.

Los islamistas favorables a Mursi, que denuncian un “golpe de Estado”, están convocados junto a la mezquita Rabaa al Adawiya, en el barrio de Nasr City, que ocupan desde hace cerca de dos semanas.

Los partidarios de los nuevos gobernantes, que accedieron a sus cargos tras el golpe militar del 3 de julio, se manifestarán por su parte en la céntrica plaza Tahrir y frente al palacio presidencial, en el barrio de Heliópolis, en la periferia.

La mayor movilización podría tener lugar al anochecer, cuando se rompa el ayuno del ramadán.

El mes sagrado del ramadán para el mundo musulmán comenzó con un ambiente mucho menos animado que de costumbre en Egipto, el país más poblado del mundo árabe, con unos 84 millones de habitantes, lo que refleja las tensiones que prevalecen desde la caída de Mursi.

Por la noche, un policía de alto rango murió y uno fue herido en un ataque a un punto de control en la península del Sinaí (noreste), y un puesto de policía fue atacado en la ciudad de El Arish por un grupo de hombres armados, indicaron las autoridades.

Esa región sufre problemas de seguridad desde la caída de Hosni Mubarak, en 2011, y los incidentes aumentaron desde que Mursi fue depuesto.

Unas cien personas murieron desde la caída del ex jefe de Estado, acusado de haber traicionado los ideales democráticos de la revuelta contra Mubarak, de mala gestión y de servir los intereses de los Hermanos Musulmanes.

Los partidarios de Mursi defienden que es el primer presidente de la historia del país que ha sido elegido democráticamente.

El lunes, días antes del inicio del ramadán, 53 personas murieron y varias resultaron heridas durante graves disturbios durante una manifestación a favor de Mursi ante la sede de la Guardia Republicana.

Los Hermanos Musulmanes denunciaron una “matanza” contra manifestantes pacíficos, mientras que el ejército aseguró que atacó a un grupo de “terroristas”.

La desconfianza de los islamistas ante las nuevas autoridades fue reforzada el miércoles al emitirse una nueva orden de detención contra el Guía Supremo de los Hermanos Musulmanes por incitación a los disturbios del lunes.

El jueves, Estados Unidos presionó al ejército y a las autoridades interinas para que dejen de detener arbitrariamente a miembros de los Hermanos Musulmanes, alegando que ello sólo puede contribuir a agravar la crisis política.

Por su lado, el secretario general de la ONU, Ban ki-moon, llamó a las nuevas autoridades a respetar sus “obligaciones internacionales” en materia de derechos.

Mientras, continúan las conversaciones para formar un nuevo gobierno dirigido por el primer ministro Hazem Beblawi.