Las nuevas autoridades egipcias prometieron la noche del lunes al martes elecciones legislativas a más tarde a principios de 2014, unas horas después de la muerte de más de 50 personas en El Cairo en una manifestación de apoyo a Mohamed Mursi, el presidente depuesto el miércoles por el ejército.

El presidente interino de Egipto, Adli Mansur, decretó la noche del lunes que la organización de elecciones legislativas se pondrá en marcha este año, relanzando así la transición política, bloqueada un tiempo por difíciles negociaciones que continúan sobre la designación de un primer ministro de consenso.

La declaración constitucional, difundida por la agencia oficial Mena, prevé el lanzamiento de la organización este año y su conclusión a principios de febrero. Luego se anunciará una presidencial. Antes, una nueva Constitución será sometida a referéndum.

Este anuncio fue denunciado de inmediato por un alto responsable de los Hermanos Musulmanes.

“Un decreto constitucional por un hombre nombrado por golpistas… devuelve al país a la casilla inicial”, comentó Esam Al Erian en su cuenta de Facebook.

Mansur ordenó con anterioridad una investigación de estos hechos violentos que dejaron al menos 51 muertos y 435 heridos, según los servicios de emergencia, que no precisaron si se trataba exclusivamente de manifestantes islamistas.

Los Hermanos Musulmanes difundieron una lista de nombres de sus 42 muertos. La policía y el ejército señalaron tres muertos en sus filas.

Estas nuevas violencias agravan el clima de extrema tensión que prevalece en Egipto desde la destitución del presidente islamista por el ejército después de manifestaciones gigantes para reclamar su salida.

Washington condenó la llamada a la violencia de la poderosa cofradía y pidió a los militares la “máxima contención”, al tiempo que aseguró que no planea suspender su ayuda financiera al ejército, aunque Barack Obama había planteado esta posibilidad días atrás.

El ejército egipcio llamó a los partidarios del derrocado presidente Mursi a poner fin a sus protestas y aseguró que no toleraría ninguna “amenaza a la seguridad nacional”.

La máxima autoridad del islam sunita del país, el imán de Al Azhar, Al Tayeb, que apoyó el golpe militar contra Mursi por parte del ejército, anunció por su parte que se retira mientras persistan los episodios violentos.

Pidió a las partes “asumir sus responsabilidades” para evitar que el país “se deslice hacia la guerra civil”.

Al amanecer del lunes, una multitud de partidarios del presidente caído rezaban ante los locales de la Guardia Republicana cuando “soldados” y “policías” abrieron fuego, según los Hermanos Musulmanes.

Varios manifestantes dijeron que se registraron tiroteos y disparos de gases lacrimógenos en circunstancias que siguen siendo confusas. Otros testigos contaron que las fuerzas de seguridad dispararon al aire para dispersar a los manifestantes y que los disparos fueron hechos por “hombres de paisano”.

La tensión en Egipto no ha cesado de aumentar desde el miércoles pasado, cuando las Fuerzas Armadas derrocaron y detuvieron a Mursi. Los enfrentamientos entre manifestantes favorables y opositores a Mursi causaron un centenar de muertos.

El Partido de la Justicia y de la Libertad (PJL), fuerza política de los Hermanos Musulmanes, llamó en una declaración escrita al “levantamiento del gran pueblo de Egipto contra los que intentan robarle su revolución con tanques” y advirtió contra “la aparición de una nueva Siria”.

Unas horas después de esta declaración, las autoridades decidieron cerrar la sede cairota del PLJ invocando el descubrimiento “de líquidos inflamables, cuchillos y armas”, anunció a la AFP un alto responsable de seguridad.

El lunes al anochecer, los islamistas se manifestaron en varias ciudades del país, según la agencia oficial de noticias Mena.

En Port Said, en el canal de Suez, hombres armados que circulaban en moto, dispararon contra un iglesia e hirieron a un hombre, según un testigo.

El principal partido salafista, Al Nur, que apoyó dentro de una coalición mayoritariamente laica el golpe militar, anunció que se retiraba de las discusiones sobre la elección de un primer ministro y la formación de un gobierno de transición.

Por su parte, el dirigente opositor Mohamed ElBaradei condenó “con firmeza” la violencia frente al cuartel general de la Guardia Republicana y pidió una investigación independiente.

El nombramiento de ElBaradei al frente del gobierno de transición, se ha topado con la veto de Al Nur, que también ha formulado reservas sobre un economista de centro-izquierda, Ziad Bahaa Eldin, por estimqr qui ninguno de los dos suscita un consenso suficiente.

La Unión Europea llamó a todas las partes a “evitar las provocaciones o la escalada de violencia”, según un comunicado de un portavoz de la jefa de la diplomacia, Catherine Ashton.

Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, “condenó” las violencias y pidió una investigación imparcial.

Turquía, Irám, Catar y le movimiento islamista palestino Hamas también condenaron las violencias, Alemania expresó su “gran inquietud”.

Human Rights Watch (HRW) reclamó por su parte el cese de las “acciones arbitrarias” contra los Hermanos Musulmanes y los medios de comunicación que les son afines.

Cientos de miles de personas se manifestaron la noche del domingo en Egipto para mostrar que el derrocamiento de Mursi era fruto de una voluntad popular.

Los seguidores de Mursi se congregaron a miles para reclamar el retorno del primer presidente del país elegido democráticamente.