Este martes, gran conmoción generó una situación que afectó a la candidata a la Presidencia, Michelle Bachelet, luego que un joven le escupiera en la cara durante una visita a Arica.

De acuerdo a lo informado por BioBioChile, tras el hecho el hombre fue golpeado por adherentes de la ex Mandataria y reducido por personal de seguridad, resultando detenido minutos más tarde.

La situación, no obstante, más allá del impacto provocado a los presentes y en redes sociales, puede analizarse desde un punto de vista menos grato: el de los riesgos que conlleva el recibir un escupitajo en el rostro.

Según estimaciones de expertos en la materia, consignados por el sitio web Brighthub.com, en cada mililitro de saliva una persona alberga más de 100 millones de bacterias de más de 600 especies diferentes.

En este contexto, Sir Hugh Pennington, profesor emérito de bacteriología en la Universidad de Aberdeen (Escocia), comentó a la BBC que infecciones como la tuberculosis pueden transmitirse por medio de un escupitajo.

Al respecto, el experto precisó que es teóricamente posible que un nudo de saliva en el pavimento pueda propagar dicha enfermedad. Para ello, el escupo debiera contener el bacilo de la tuberculosis y secarse lejos de la luz del sol, la cual mata la bacteria.

Cabe destacar, que este hecho incluso promovió campañas en el Reino Unido durante los ’40; década en la que muchos buses lucieron afiches de “Prohibido Escupir”. Sin ir más lejos, a mediados de 2011 el concejal londinense Chris Bond pidió a la justicia introducir algunas leyes, con el fin de impidir este acto en lugares públicos.

Por su parte, Brennan Bennett, colaborador de la guía online eHow, afirmó que la saliva alberga una gran variedad de enfermedades e infecciones.

“Las enfermedades autoinmunes y las bacterias son altamente contagiosas en los escupitajos”, señaló el escritor, añadiendo que las infecciones que acarrean deben penetrar el cuerpo y alcanzar el torrente sanguíneo, por vías como la boca o incluso un ojo, para ser riesgosas.

Por último, Bennett explicó que los virus “como la meningitis también pueden transmitirse por medio de los escupos”. A ello, agregó que otros gérmenes como el resfrío común y la influenza pueden difundirse por medio de la saliva.