Un grupo de activistas que llevaban monos de color naranja y capuchas negras, como los utilizados por los detenidos en Guantánamo, se reunieron frente a la Casa Blanca para exigir el cierre inmediato de la controvertida cárcel.

“Inmoral, ilegal e ineficaz”, decía una pancarta exhibida por un manifestante.

Richard Killmer, director ejecutivo de la Campaña Nacional Religiosa contra la Tortura, dijo que “años de detención sin cargos ni juicio han creado un sentimiento de desesperación y desesperanza entre los hombres en Guantánamo, lo cual ha llevado a más de 100 de ellos a unirse en una huelga de hambre.”

El coronel Morris Davis, exfiscal militar en Guantánamo, fue el encargado de entregar la petición a la Casa Blanca.

Los activistas también elaboraron un muñeco del presidente Barack Obama, en referencia a su promesa de campaña de cerrar la prisión militar estadounidense en la isla de Cuba.

De un total de 166 presos en Guantánamo, 102 están en huelga de hambre, y 30 de ellos son alimentados a través de tubos. Un recluso sigue hospitalizado, pero funcionarios de la prisión dijeron que su vida no estaba en peligro.