El Senado estadounidense alcanzó un acuerdo en la madrugada del sábado que le permitió aprobar su primer presupuesto desde 2009, lo que anuncia un nuevo duelo político con la Cámara de Representantes, liderada por los rivales republicanos.

El proyecto de presupuesto para el año fiscal 2014, aprobado por el Senado que lideran por los demócratas desde que Barack Obama inició la presidencia en 2009, estuvo a punto de quedar estancado: fue votado por 50 contra 49.

“Ha sido una hazaña hercúlea”, dijo Harry Reid, líder de la mayoría demócrata, al señalar que 100 enmiendas de las 560 presentadas fueron sometidas a votación en una sesión de 13 horas.

El proyecto, elaborado por Patty Murray, líder de la comisión de presupuesto del Senado, busca obtener un billón de dólares en ingresos en la próxima década, sobre todo a través el cierre de lagunas fiscales que benefician a los ricos, y el mismo monto en la reducción del gasto gubernamental.

La Cámara de Representantes aprobó el jueves su propio proyecto de presupuesto, que apunta a alcanzar un equilibrio en la próxima década a través de importantes reducciones en el gasto federal, la revisión del seguro federal de salud Medicare y la derogación de la ley de salud promovida por Obama.

Pero el clima de partidismo reinante en el Congreso augura que ninguno de estos proyectos se convertirá en ley, sino que servirán de materia prima para un amplio debate este año sobre política presupuestaria.

El líder de la minoría republicana en el Senado Mitch McConnell elogió la votación.

“Tal vez no lo sientan por ahora, pero es uno de los mejores días en los últimos años”, estimó.

El portavoz republicano de la Cámara de Representantes, John Boehner, expresó que por cada dólar que se incrementara el techo de la deuda, se esperaba un recorte de un dólar en el gasto público, una idea a la que Obama se opuso.

El presidente estadounidense busca obtener nuevos ingresos como parte del acuerdo, pero Boehner insistió en que el aumento en impuestos de 600.000 millones de dólares en un acuerdo de fin de año era lo último que quería ver.

“Hemos dejado en evidencia visiones muy diferentes acerca de cómo debería funcionar nuestro país y para quién debería trabajar, pero tengo esperanzas de que podamos superar estas diferencias”, expresó a su vez Murray.

Entre las enmiendas aprobadas figura el rechazo de un impuesto poco popular sobre equipamiento médico.

Los senadores también se manifestaron a favor de la construcción del oleoducto de Keystone, que se prevé traerá petróleo desde Canadá hasta el estado de Texas (sur) y que el gobierno de Obama demoró debido a preocupaciones ambientales.

El objetivo de estos maratones presupuestarios no es definir cuánto gastará el Estado, dado que ese monto está topeado por una ley de 2011, sino cómo se repartirán los créditos. Cada bando tiene prioridades diferentes: algunas de los republicanos pasan por recortar los programas sociales y poner fin a la reforma de salud de Obama, aprobada en 2010.

Obama tenía que presentar su presupuesto en febrero, pero la Casa Blanca ahora dice que lo hará en abril.