Una clase de compañerismo e integración a toda prueba, y digno de imitar y enseñar, fue la que se vivió en un partido de básquetbol colegial en Estados Unidos y que emocionó al mundo entero.

Todo indicaba que se trataba de un duelo más de la liga que enfrentaba de local el Coronado High School, sin embargo, lo que se vivió al final del encuentro marcó a todos los presentes y demostró que hay veces que en el deporte el resultado final no importa.

El protagonista de la historia se llama Mitchell Marcus, un entusiasta joven y amante del básquet que presenta deficiencia mental, por lo que nunca ha podido practicar competitivamente el deporte que ama, sin embargo, es parte del equipo como ayudante de campo, alentando siempre a sus compañeros y asistiendo al entrenador Peter Morales con lo que él requiera.

Producto de su deficiencia, Mitchell nunca había podido disputar un partido oficial con los Thunderbirds, situación que cambió cuando el coach decidió que vistiera de corto y saltara a la cancha.

Con un minuto y medio por jugar para que finalizara el partido Mitchell entró al campo de juego, ante el fervor del público presente, sus compañeros de equipo le pasaron el balón en reiteradas oportunidades para que buscara anotar, sin embargo, Mitchell falló.

Con pocos segundos por jugar, y visiblemente frustrado, Mitchell queda solo frente al aro contrario, esperando que el equipo rival sacara para que terminaran de consumirse los segundos y acabara el partido. Sin embargo, el jugador del equipo rival, Jonathan Montañez, no envió el balón a un compañero. Al ver la posición de Mitchell, gritó su nombre y le envió balón.

Sorprendido, Mitchell tardó un segundo en darse cuenta de la oportunidad que tenía, acción siguiente y ante el aliento de sus amigos, lanzó y encestó en un partido oficial de básquetbol, provocando la locura de todos los asistentes, que liderados por los compañeros de equipo abordaron al héroe de la jornada.

Tras el partido, y de acuerdo a lo que informa CBS, Montañez aseguró que le enseñaron a tratar a los otros como le gustaría que le trataran a él, viendo que era la oportunidad que tenía Mitchell de anotar, dando una lección de compañerismo e integración que vale la pena destacar y que sin lugar a dudas en algunas oportunidades les hace falta a quienes se hacen llamar profesionales.

Disfruta a continuación del video de esta emocionante historia.

http://youtu.be/JW8jjS4CCpk