El Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF) anunció el lunes su decisión de destituir a tres diputados, condenados por un caso de corrupción durante el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), sin previo juicio político en la Cámara baja.
El caso había generado una controversia entre la justicia y la Cámara de Diputados, que se opone a que los políticos sean despojados de sus mandatos sin un juicio político.
Sin embargo el presidente del STF, Joaquim Barbosa, anunció la “pérdida de los derechos políticos” de los 25 empresarios y políticos, incluidos los tres diputados, condenados por su vinculación con una red que sobornó congresistas a cambio de apoyo legislativo de 2003 a 2005.
“Quedan suspendidos por decisión unánime los derechos políticos de todos los condenados. Por mayoría, los condenados quedan impedidos de ejercer mandatos representativos”, dijo Barbosa en audiencia pública.
La decisión sólo será efectiva cuando concluya el sonado juicio por corrupción y sean ratificadas las condenas, lo que según expertos ocurrirá en 2013.
Los diputados que serán despojados de sus curules son Joao Cunha, del gobernante Partido de los Trabajadores (izquierda), Valdemar Costa Neto (Partido de la República) y Pedro Henry (Partido Progresista), cuyos partidos integran la coalición que gobernó con Lula y actualmente con su sucesora, Dilma Rousseff.
Los políticos habían sido elegidos para un período de cuatro años en los comicios de 2010.
“La pérdida del mandato es consecuencia directa e inmediata de la suspensión de los derechos políticos por una condena (…). En estos casos, la Cámara de los Diputados procederá solamente declarando el hecho”, explicó el magistrado Celso de Mello, cuyo voto fue decisivo para la decisión de la corte.