El Consejo de Estado de Cuba convocó, este miércoles, a elecciones de delegados a las asambleas provinciales y diputados al Parlamento Nacional para el 3 de febrero, en un proceso en que se cree será reelegido el presidente Raúl Castro.
El proceso electoral, que no pondrá en riesgo el control que mantiene el Partido Comunista sobre el Estado desde hace medio siglo, comenzó en octubre con la elección de delegados municipales y culminará con la selección del Parlamento del Consejo de Estado, máximo órgano ejecutivo del país, que preside Raúl Castro.
La convocatoria, publicada en el diario oficial Granma, establece que “se celebren las elecciones en las que los electores de la República elijan, por el término de cinco años, a los delegados a las asambleas provinciales y a los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular”.
El peculiar sistema electoral de Cuba, vigente desde 1976, prevé que los delegados a las asambleas municipales propongan entre ellos a los candidatos a las asambleas provinciales y el 50% del Parlamento.
El otro 50% lo proponen representantes de ocho organizaciones de trabajadores, estudiantes, mujeres, campesinos y vecinales, todas vinculadas al partido único que gobierna la isla desde hace medio siglo.
El voto de la población es directo, secreto y voluntario.
Una vez constituida la nueva Asamblea Nacional, de unos 610 diputados, ésta debe elegir entre sus miembros al Consejo de Estado, proceso que se realiza usualmente el 24 de febrero.
Las autoridades defienden el sistema electoral cubano como el “más democrático y transparente”, pero los opositores lo descalifican asegurando que si bien el Partido Comunista no postula candidatos, sí supervisa el proceso y se asegura, con su influencia y el voto de sus militantes y simpatizantes, que ningún disidente sea ni siquiera postulado a un cargo.
En Cuba toda oposición es ilegal y los disidentes son tildados por el gobierno de ser “mercenarios” de Estados Unidos.