Con el estreno de la película Miguel San Miguel, del director Matías Cruz, nuevamente ha adquirido relevancia en la memoria de los chilenos la vida e historia del grupo de rock Los Prisioneros. A través de la óptica del baterista Miguel Tapia, desde los 14 a los 17 años, cuenta la prehistoria de la banda en el complejo contexto sociopolítico que vivió el país cuando sus integrantes se conocieron en el emblemático Liceo 6 (actual Liceo Andrés Bello) de la comuna de San Miguel.
Cruz, el director, señala: “Elegí la historia de Miguel, porque es la más dramática, la adolescencia más difícil fue la que le tocó a él. Era el más pobre, su ambiente de barrio en términos políticos también fue muy duro, pues la represión lo afectó mucho”.
“El reencuentro con el público ha sido grato”, confiesa Miguel. A los 48 años y con una serenidad admirable, reconoce que estar nuevamente en la palestra es una gran experiencia. Luego de una exhibición de la película en un céntrico cine de Santiago, en que previamente se sortearon tres pares de baquetas autografiadas, tuvimos la oportunidad de conversar con él.
-¿Cuál es su sensación después de haber visto la película?
La película es la verdadera historia, es mi historia y me emociona mucho, inclusive cuando los tres personajes se conocen, me provoca demasiada emoción. La historia del grupo que se cruza también con la de mi familia. Las locaciones que utilizó Matías Cruz (director de la película) son prácticamente iguales a lo que fue mi barrio.
-En perspectiva, ¿imaginó ser parte de una película y parte de la leyenda de Los Prisioneros?
De la leyenda sí, cuando ya éramos parte del grupo y veíamos lo que provocaba el grupo sí pensamos que era algo que iba a trascender. No pensamos que sería tanto, francamente.
-¿Alguna vez tuvieron ese propósito?
Sí, yo quería armar una banda que fuera famosa en todo el mundo. Incluso cuando el grupo se separó después del disco “Corazones”(cuarto álbum de la banda lanzado en 1990), me sentí muy frustrado, porque quería seguir ganando público y viajar. Más que por viajar, quería que la banda se conociera en otros lugares. Ahora con los años el grupo ha trascendido en su historia de una manera que no teníamos pensado.
-¿Cuál ha sido la reacción de la gente después de ver la película?
He visto mucha gente joven. Por un lado no debería extrañarme tanto porque los shows que hacemos actualmente y también en los shows de Jorge González (ex vocalista) y Claudio Narea (ex guitarrista) hay muchos jóvenes. Hace 10 años también había gente joven, creo que se ha transmitido de generación en generación la música y el contenido social de las canciones que todavía son vigentes, como si hubieran sido escritas hoy. Hace poco estuve en Chillán y Copiapó, es cierto que una generación nueva que escuchó la música con sus padres, actualmente nos acompaña.
-¿Cuál ha sido su importancia en el grupo?
Creo que una parte importante era que yo lo unía. Fui el motor para proyectar a la banda, desde mi infancia siempre tuve deseos de armar un grupo. Cuando conocí a Jorge y Claudio, que también les gustaba la música, no pensaban en un proyecto como el mío, pero después se convencieron de que era un bonito sueño. Ese fue un aspecto muy importante que le imprimí a Los Prisioneros.
-¿Tiene una canción favorita del grupo?
Sí, hay una que me gusta harto, es mi tema favorito y es “We are sudamerican rockers”. Me resulta una canción fresca.
La travesía de un prisionero
-Actualmente, y en términos musicales, ¿sigue haciendo música?
Estoy tocando con Claudio Narea. Hemos tenido muchas presentaciones con él. Tocamos temas de Los Prisioneros y también cada uno hace su propio trabajo como solista. Además, y tal como se ve en la película, yo escuchaba harto folclor, entre otras cosas. Tengo un grupo de amigos músicos desde hace muchos años, uno de ellos es cubano, otro guatemalteco y una chica que vivió muchos años en Brasil; después de bastante tiempo armamos un grupo y hacemos un recorrido por las raíces de la música latinoamericana, tocamos son cubano, bossa nova, etc. Aún no tenemos nombre, pero a la presentación le llamamos “travesía”. Hace como tres semanas nos presentamos en un local pequeñito, ¡y nos fue espectacular! Hicimos un recorrido por la música de Centroamérica, Brasil y Cuba. La idea, ojalá, es hacerlo en serio.
-¿Abarcan folclor chileno?
Estamos en eso para hacer algo. Mira, allá en Pirque vivió Santos Rubios que ya falleció, un folclorista del canto humano y lo divino, que tiene una gran historia, entonces lo grabamos y gracias a él retomamos esta influencia musical folclórica chilena. A mí siempre me gustó el folclor, es más, no sólo estamos haciendo un paseo de la música latinoamericana, también hay temas nuevos. Mis amigos ya tenían composiciones, ahora las estamos armando y tenemos una mezcla de temas clásicos y nuevos. Es como un sueño, creo que Los Jaivas e Inti Illimani deberán tener mucho cuidado con nosotros, porque por ahí va lo nuestro (bromea).
-¿Qué instrumentos toca en el grupo?
Hago el cajón peruano, bongó, tumbadoras. Cantamos los cuatro, principalmente los otros tres amigos. Estamos como cabros chicos, de verdad. Hace como un mes nos juntamos y por mi parte estoy cumpliendo un sueño. Tal vez hagamos una presentación en un local pequeño para que se conozca el proyecto.
http://www.youtube.com/watch?v=WXVNG4ELw3g