Canadá, uno de los más países más favorables a los homosexuales, recibe anualmente unos cien refugiados iraníes lesbianas y gays, y está dispuesto a hacer más para salvarlos de la persecución que sufren en su país, al igual que en Turquía, a menudo su primer refugio.
“No tengo las cifras exactas porque no registramos la razón por la que una persona obtiene el estatuto de refugiado” en la ONU, dijo a la AFP el ministro canadiense de Inmigración, Jason Kenney.
“Pero creo que de unos 800 refugiados iraníes que vienen cada año de Turquía, una centena ha huído por razones de orientación sexual”.
En total, la comunidad LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales), de origen iraní que vive en Canadá tiene cerca de mil miembros, dijo Saghi Ghahraman, de la Organización Homesexual Iraní (IRQO, por sus siglas en inglés), con sede en Toronto.
“Preferimos Canadá a otros países y tenemos buenas razones para ello”, añadió, citando la democracia canadiense, su “sociedad que acoge y ofrece el apoyo de los servicios sociales a los LGBT que los necesitan cuando llegan a un nuevo país”.
Sólo tres países aceptan refugiados inscritos en la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas en Ankara: Estados Unidos, Australia y Canadá.
“Canadá es el mejor de los tres en el tratamiento de los LGBT”, dijo Ghahraman.
El único punto oscuro, señala, es la larga espera, de un promedio de nueve meses, de la visa canadiense en Turquía: “Los refugiados LGBT sufren manifestaciones de homofobia no sólo de la población turca (…) sino también insultos y ataques de otros refugiados iraníes”.
Acoso, abusos y violaciones
Kenney, quien dijo haber apoyado la causa de los homosexuales iraníes al asumir en al Departamento de Inmigración en 2008, explica la larga espera por el procedimiento de concesión del estatuto de refugiado por parte de la ONU.
“Canadá ha indicado a las Naciones Unidas que está dispuesto a aceptar a cualquier refugiado iraní homosexual”, dijo, y agregó que Ottawa puede acelerar su propio procesamiento de las solicitudes de asilo de personas “amenazadas en Turquía que tengan que partir de inmediato”.
El departamento que dirige Kenny ha aumentado el número de refugiados iraníes aceptados vía Turquía, lo que supondrá un procesamiento más rápido de las solicitudes.
La persecución de los homosexuales en Irán por parte de la policía, e incluso por parte de la propia familia, es bien conocida en Canadá. Los abusos incluyen detenciones, acoso sexual, matrimonios forzados y violación reiterada de las lesbianas, además de terapias de choque y tratamientos hormonales para “arreglar sus defectos” y restablecer su orientación sexual, dijo Ghahraman.
Sin embargo, el apoyo de Canadá a los refugiados iraníes LGBT no ha librado a sus gobernantes conservadores de las críticas del resto de la comunidad LGBT.
Muchos reaccionaron con ira cuando la oficina de Kenney envió la semana pasada un correo electrónico masivo a los gays y lesbianas canadienses cantando alabanzas sobre las políticas de Ottawa de apoyo de los derechos LGBT, así como de las de impulso de los derechos de las mujeres.
En una carta abierta, denunciaron esta campaña como “un pobre intento de ‘pintar color de rosa’ el evidente deseo del gobierno conservador de fomentar una guerra con Irán”.
Aliado incondicional de Israel, el gobierno de Ottawa anunció el 7 de septiembre la suspensión de las relaciones diplomáticas con Teherán y expulsó a los diplomáticos iraníes en Ottawa.