La autora de una polémica semblanza para Vogue de la primera dama de Siria, Asma al-Assad, dijo haber instado a la influyente revista de moda a no publicar el artículo en momentos en que la primavera árabe se propagaba.

En una nota en la revista Newsweek esta semana, Joan Juliet Buck dijo que presentó su semblanza de 3.200 palabras el 14 de enero de 2011, el día en que el líder de Túnez, Zine El Abidine Ben Ali, huyó de su país en medio de la sublevación.

“‘La primavera árabe se está extendiendo”, le dije a Vogue el 21 de enero”, recordó Buck. “‘Puede que deseen detener la publicación de la semblanza’ (pero) ellos no creyeron que la primavera árabe iba a llegar a ninguna parte y la nota se necesitaba para la ‘edición dedicada al poder’ de marzo”, contó.

Cuando el líder egipcio, Hosni Mubarak, fue derrocado el 11 de febrero de 2011 y las protestas estallaron en Libia, Buck -editora de la revista Vogue de Francia en la década de 1990- pidió una reunión con el editor en jefe de Vogue “para discutir cómo manejar la semblanza de Assad”.

“Se hizo una reunión sin mí. Me pidieron que no hablara con la prensa”, dijo Buck, y el artículo apareció en el sitio web de Vogue el 25 de febrero, titulado “Una rosa en el desierto”.

La semblanza fue cuestionada de inmediato. “Al parecer, Vogue no se dio cuenta de la tendencia: los dictadores están fuera de moda esta temporada”, señalaron dos editores del Wall Street Journal. La nota fue retirada de Vogue.com a principios de este año.

Buck también reveló que durante su viaje a Siria en diciembre de 2010 para conocer a los Assad -organizado por la firma de relaciones públicas Brown Lloyd James en momentos en que Washington estaba restableciendo relaciones diplomáticas con Damasco- su computadora portátil fue pirateado en su habitación de hotel.

Al explicar porqué aceptó escribir esa semblanza, Buck dijo: “Tenía curiosidad. Por eso es me convertí en escritora. Vogue quería una descripción de una primera dama de buen aspecto en un país cuestionable. Yo quería ver la cuna de la civilización….”, y agregó: “Yo no sabía que iba a conocer a un asesino”.

Buck, que ya no está vinculada a Vogue, no mencionó el papel que la editora de Vogue, Anna Wintour, o Conde Nast, la empresa de la familia Newhouse propietaria de la revista, jugó en el encargo y publicación del artículo.