Dos funcionarios de la empresa que operará Belo Monte, la colosal hidroeléctrica que se construye en la Amazonía brasileña, fueron retenidos desde el lunes por indígenas que rechazan el desvío del río Xingú, informó una fuente oficial este miércoles.

Los funcionarios de Norte Energía están en poder de indígenas Juruna y Arara en la aldea Muratu, que les impiden salir hasta que sean atendidos sus reclamos, dijo la Fundación Nacional del Indio, un órgano gubernamental.

Los empleados fueron retenidos cuando realizaban una exposición del proyecto para minimizar el impacto por el desvío del río, señaló Xingú Vivo, una ONG que se opone a la construcción de la represa.

Los indígenas se molestaron ante la falta de claridad de la empresa sobre las medidas que adoptará para que las comunidades puedan seguir utilizando el río, agregó la organización en un comunicado.

Consultada por la AFP, Norte Energía declinó comentar el caso.

Con 11.200 MW de potencia (cerca de 11% de la capacidad instalada del país), Belo Monte está destinada a ser la tercera mayor hidroeléctrica del mundo, detrás de Tres Gargantas, en China, e Itaipú, en la frontera de Brasil y Paraguay.

El proyecto, que prevé la inundación de 502 km2 y el desvío del río Xingú, comenzó a ser ejecutado en junio de 2011 y se espera que una primera etapa de la represa entre en funcionamiento en 2019.

Las tierras indígenas no serán afectadas directamente, pero el desvío de las aguas privará a las comunidades de la pesca, según sus líderes.