El 20 de junio de 1995, el mundo del fútbol recibió la dolorosa noticia del fallecimiento de Raimundo Tupper, quien decidió terminar con su vida lanzándose desde la azotea de un hotel en Costa Rica, durante una gira de Universidad Católica.

Al conmemorarse 17 años de su partida, el recuerdo permanece entre las huestes cruzadas, como también entre los que fueron sus compañeros de equipo.

Para el capitán franjeado Mario Lepe, hoy “es un día muy especial. No lo olvidaremos nunca debido al gran cariño y amistad que nos unió. Toda la gente ha hecho que sea inolvidable por sus características como persona y jugador”

Soportar el mazazo que significó lo ocurrido, según Lepe, fue “difícil porque esta tragedia la vivimos allí. No creíamos que podía pasarle a un compañero nuestro. Quedamos en shock, nos costó salir adelante y volver a jugar”.

“Tuve que entregarle luego una camiseta a la familia, a la que quiero un montón. El silencio que se produjo cuando subía las escaleras fue aterrador. Muchos llegamos a las lágrimas en la cancha y eso identifica el cariño que le teníamos a Raimundo”, recordó Lepe.

Andrés Romero, compañero en aquel equipo de Tupper, recordó al “jugador símbolo del club”. Esa condición y su actitud al vestir la camiseta de Católica hacen que su recuerdo es “muy importante. Y más que su memoria quede en el inconsciente colectivo de los jugadores del área formativa”