La etnia indígena colombiana Nasa-Paez que decidió sacar de sus territorios del suroeste del país al ejército y a la guerrilla FARC se ha caracterizado históricamente por un espíritu de confrontación y resistencia, desde la llegada de los conquistadores españoles.

El pueblo Nasa-Paez es el segundo más numeroso de Colombia, con unos 130.000 miembros sobre una población aborigen calculada en un millón de personas en total.

De los Nasa-Paez nació ‘La Gaitana’, una cacica que se enfrentó a los conquistadores españoles en el siglo XVI, y Quintín Lame, otro líder histórico que en 1914 dirigió un movimiento que propugnaba la autonomía indígena.

Lame falleció en 1967 y su nombre fue tomado por un grupo guerrillero creado en 1985 y desmovilizado en 1991, que estaba conformado principalmente por indígenas.

Las ideas reivindicativas de Lame dieron origen al Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric) que trabaja por la defensa de la autonomía, la tierra y la cultura, y aglutina a las comunidades de esa zona del país.

La mayoría de los Nasa-Paez habitan la parte sur del país, con énfasis en la región de Tierradentro, una zona montañosa ubicada entre los departamentos (provincia) de Cauca y Huila, en donde la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia tiene actualmente uno de sus principales bastiones.

Los Nasa-Paez se encuentran organizados en 72 resguardos en doce municipios de la parte norte de Cauca. Desde hace una semana, esta comunidad se declaró en rebeldía contra los actores armados del conflicto, luego de que la población de Toribío fue hostigada durante tres días por las FARC.

La región, además de ser punto estratégico para la movilización del grupo rebelde, es una de las más afectadas por los cultivos ilícitos de coca -materia prima de la cocaína- con cerca de 6.000 hectáreas de sembradíos al cierre de 2010, según la Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito (Unodc).

Los paeces basan su decisión de retomar el control de sus territorios afectados por el conflicto armado en que la Constitución garantiza a los pueblos indígenas un régimen especial de gobierno.