Rebeldes sirios secuestraron este martes a 13 peregrinos chiitas libaneses en el norte de Siria, indicaron las autoridades libanesas, en momentos en que crece la tensión entre partidarios y adversarios en Líbano del régimen sirio de Bashar al Asad.

El Ejército Sirio Libre (ESL) secuestró a 13 libaneses chiitas en la provincia de Alepo (norte), cuando regresaban a su país luego de una peregrinación a Irán, según las autoridades libanesas, tras lo cual el líder del movimiento chiita libanés Hezbolá, Hasan Nasralá, instó a sus compatriotas a la moderación.

“Les pido a todos que actúen con moderación”, dijo Nasralá en la noche del martes en la televisión de su partido, Al Manar. “Es inaceptable que (…) se bloqueen carreteras o se lleven a cabo actos de violencia”, agregó.

A fines de 2011, el ESL, compuesto principalmente por desertores del ejército sirio, había secuestrado en Homs (centro de Siria) a cinco miembros de los Guardianes de la Revolución, una unidad de élite de las fuerzas armadas iraníes.

Irán es considerado un importante aliado de Siria, al igual que el gobierno libanés, dominado por el Hezbolá.

Tras anunciarse los secuestros de este martes, cientos de personas se congregaron en los suburbios de Beirut para manifestarse contra lo ocurrido, bloqueando varias carreteras.

Diversos enfrentamientos habían dejado dos muertos el lunes en Beirut, tras el asesinato de un dirigente sunita hostil al régimen sirio, haciendo temer que la crisis siria se extienda al país vecino.

Las hostilidades se desataron luego de la muerte, el domingo, por disparos del ejército, del jeque sunita Ahmad Abdel Wahed, un simpatizante de la revuelta siria, y de otro jeque que lo acompañaba.

Según los servicios de seguridad, el ejército abrió fuego cuando su coche se negó a detenerse en un retén en la región de Akkar (norte), una versión que varios testigos desmintieron.

En Siria, cinco personas murieron el martes en la madrugada en la explosión de una bomba en el barrio Qabún de Damasco, informó el opositor Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), con sede en Gran Bretaña.

Desde marzo de 2011, Siria es escenario de una revuelta popular que se ha militarizado frente a la represión sangrienta del régimen de Asad.

Por su parte, el presidente turco Abdulá Gul estimó este martes que los esfuerzos internacionales para poner fin a la crisis en Siria son insuficientes. “Hasta ahora, la comunidad internacional se ha mostrado débil en sus esfuerzos para responder a la crisis” siria, declaró en Chicago (Illinois, norte de Estados Unidos), un día después de la cumbre de la OTAN.