El CSKA Moscú, que superó 66-64 al Panathinaikos, vigente campeón, y el Olympiakos griego, que derrotó 68-64 al vencedor de la competición en 2010, el Barcelona, se enfrentarán el domingo en la final de la Euroliga de básquetbol, en Estambul.

El Olympiakos pudo además cobrarse la revancha ante el Barcelona, el equipo ante el que perdió hace dos años en París en la final del torneo continental y el único representante español en esta ‘Final Four’.

El resultado del equipo de El Pireo es una sorpresa, ya que los catalanes habían firmado un gran torneo hasta ahora, siendo los primeros en haberse clasificado para esta final a cuatro en suelo turco y parecían los favoritos de la segunda semifinal.

Los griegos se adelantaron pronto y resistieron hasta el final los sucesivos intentos del Barça por conquistar un partido en el que nunca se sintieron cómodos y en el que siempre fueron a remolque de los helenos.

Como de costumbre, la estrella del Olympiakos fue Vassilis Spanoulis, decisivo con 21 puntos y una canasta crucial a un minuto para el final, para asegurar un pase a la final que podría permitir al equipo conquistar su segundo triunfo tras el de 1997.

En el primer partido del día, el CSKA Moscú había derribado al defensor del título, el Panathinaikos, en un equilibrado encuentro que se decidió por una diferencia mínima (66-64).

Tres años después de su derrota en la final de Berlín, el club ruso se cobra así la revancha sobre el ‘Pana’ y en caso de conseguir el trofeo, será su séptima victoria en el campeonato europeo.

La semifinal entre los dos gigantes del básquet europeo cumplió con las expectativas en el imponente pabellón Sinam Erdem Dome, sede de las rondas finales del Mundial de Turquía-2010.

Tras ponerse catorce puntos por un primer cuarto catastrófico, el CSKA pudo recuperarse rápidamente y mantener un emocionante pulso con el equipo ateniense.

Para los rusos volvió a ser determinante Andrei Kirilenko (17 puntos, 9 rebotes), tras no haber sumado ningún punto en el primer cuarto, mientras que en los griegos destaco el lituano Sarunas Jasikevicius (19 puntos), que a sus 36 años sigue pareciendo con la forma y la ilusión de un juvenil.

El único motivo para la lamentación de Jasikevicius fue que a falta de 33 segundos falló una canasta crucial, cuando su equipo iba perdiendo por un punto, con lo que podía haber puesto al Panathinaikos por delante.

Al final del partido, los griegos dispusieron de una jugada para poder forzar la prórroga o incluso remontar con un triple, pero Dimitris Diamantidis no supo leer bien la jugada y el equipo no consiguió armar un tiro en los ocho segundos de los que disponía.

El CSKA está por lo tanto en condiciones de reconquistar un título de la Euroliga que no suma desde 2008. Si lo logra, se aproximará a sólo uno del récord de trofeos en esta competición, que sigue siendo para el Real Madrid, ocho veces campeón de Europa.

También el domingo, antes de la final CSKA-Olympiakos, se jugará el duelo por el tercer puesto, entre Panathinaikos y Barcelona.