Brasil suspendió temporalmente la importación de prótesis de mama hasta que se definan los controles de calidad, tras el escándalo que llevó a la prohibición de dos marcas internacionales por uso de material de calidad inferior, informó el miércoles la agencia sanitaria del gobierno, ANVISA.

“Fue aprobada una resolución que establece que las prótesis sólo entrarán en el país con certificación” de calidad, que será definida por el instituto oficial Inmetro, y hasta entonces “habrá un período en que las prótesis no podrán ser comercializadas”, dijo a la AFP una portavoz de Anvisa.

La agencia sanitaria brasileña estableció requisitos mínimos de calidad para los implantes de mama, lo que significa que tendrán que pasar por análisis de laboratorio que verificarán la resistencia del material, composición de la silicona y ensayos biológicos, según la nota de prensa.

La definición de esa certificación podría tardar unas dos semanas, estimó la agencia.

La decisión de la agencia sanitaria fue adoptada después de que fueran prohibidas en el país las marcas francesa PIP y la holandesa Rofil, acusadas de utilizar silicona de menor calidad a la recomendada para uso médico.

Esas marcas ya dejaron de fabricarse, pero antes fueron implantadas en miles de mujeres de varios países.

Sólo en Brasil se estima que cerca de 20.000 mujeres usan esos dos implantes. En diciembre pasado, las autoridades francesas recomendaron a las mujeres que tenían prótesis PIP su retiro “preventivo”, por riesgos de pérdida y ruptura del gel de silicona.

Las autoridades sanitarias han insistido en que no se ha comprobado relación de esos implantes con el cáncer de mama.