En todo Europa y Estados Unidos la prensa destacó el récord de compras navideñas en el cual el primer lugar de ventas lo obtuvieron los juegos para computador, superando en casi 3 veces las ventas de juguetes tradicionales. Incluso los más chicos prefieren un software antes que camiones, muñecas y carabinas que disparan. Sólo los ‘teléfonos inteligentes’ le hicieron el peso a los juegos de computadores y consolas.

En esos juegos, con una tecnología cada vez más perfecta y sofisticada, los niños y grandes se adentran en un auténtico mundo virtual, que impresiona con su realidad. Sin embargo, en la vida real no se puede actuar así, porque uno no es tan poderoso y en caso de realizarlo, lo más probable es que si alguien actúa así, termine condenado a presidio.

En el juego, se gana puntaje perpetando asesinatos a mujeres, niños y policías, derramando sangre por montón, todo acompañado con una música atractiva para los jugadores, que llegan incluso a tener menos de 10 años de edad.

El contenido de los videojuegos generó alarmas. En una sociedad que disfruta fantasear con asesinos y destruir de manera demencial se puede comparar con los romanos, que se divertían viendo como los leones se comían a los presos o como luchadores se masacraban entre ellos.

Sin embargo, la mayor preocupación es que entretenciones de esta clase hayan sido el regalo predilecto de esta navidad, en la fiesta sagrada en que los cristianos conmemoran el nacimiento de Jesús.

Escucha aquí la crónica producida y dirigida por Ruperto Concha.