Estudiantes movilizados y un grupo de apoderados del colegio Marina de Chile, sentenciaron que la intransigencia para comenzar a normalizar las clases ha sido de parte de la Municipalidad de Concepción y de la dirección del establecimiento. Por su parte el alcalde Patricio Kuhn precisó que se debe hacer entrega de todas las dependencias del recinto educacional.

Carteles en el frontis, puertas cerradas y un diálogo pendiente y urgente. Esa es la situación del Colegio Marina de Chile de Lorenzo Arenas en Concepción, que se mantiene en toma desde el 1 de julio a la fecha y que hoy genera suspicacias y desencuentros que se están agudizando.

La protesta logró consolidar un total de 34 puntos que se colocaron sobre la mesa en diversas materias del quehacer del establecimiento, de los cuales el municipio entregó respuesta a 33, pero no hay acuerdo.

Por eso se reunió un grupo de apoderados para buscar información y expresar su pesar por el tema. Así por ejemplo, debido a esta toma, desde el sexto al octavo año debieron hacer clases en la Escuela Luís David Cruz Ocampo que ahora está ocupada por sus propios alumnos. Sandra Dávila lo manifiesta de esta forma.

Las críticas de algunos apoderados se han vertido hacia el municipio y la dirección del colegio, que no aceptaron la entrega de sólo el anexo, como estaban condicionando los estudiantes movilizados.

Viviana Torres sentenció que sólo quiere que su pupilo vuelva a clases.

Y por parte de los estudiantes movilizados, habló el vocero Diego Riquelme, quien manifiesta desconfianza en las autoridades e insiste que la intransigencia viene de parte del municipio.

Pero el alcalde de Concepción, Patricio Kuhn explicó que el tema es crítico porque hay proyectos comprometidos, de mejoramiento de infraestructura, de baños o de instalación de un laboratorio de inglés, que podrían perderse.

Son los ecos de un problema que está subiendo la temperatura en el Colegio Marina de Chile, que en las actuales condiciones mantiene la atención a la mitad de sus kinder, con hacinamiento en el primer ciclo de la básica, con la segunda mitad de estos niveles de brazos cruzados y clases interactivas de los cursos medios.

Sin duda las conversaciones continuarán, pero hay desconfianzas y gestiones que aún falta por salvar.