Miles de personas mantenían este miércoles la ocupación de la plaza Tahrir en El Cairo para reclamar la salida lo antes posible de los militares que dirigen el país, a pesar de la promesa del mariscal Hussein Tantauí de entregar el poder a un presidente electo a mediados de 2012.

El martes, en un poco común discurso, el mariscal, jefe de Estado de facto, se comprometió a organizar una elección presidencial antes de julio de 2012 y se declaró dispuestos incluso a entregar el poder inmediatamente en virtud de un referendum.

No obstante, muchos egipcios que el martes se manifestaron por decenas de miles en la plaza Tahrir para expresar su rechazo a esta oferta afirmaron no creer en las palabras del mariscal, ministro durante el antiguo régimen y que ahora asimilan al derrocado presidente Hosni Mubarak.

“Tantaui, es copia conforme de Mubarak. Es Mubarak vestido de militar”, afirmó Ahmed Mamduh, un contador de 35 años.

La determinación de los manifestantes, que ya provocaron la renuncia del gobierno instalado por el poder militar, da a pensar que habrá un pulso de largo aliento, cuando las primeras elecciones legislativas desde la caída de Mubarak deben comenzar el 28 de noviembre.

“Una segunda revolución”, titulaba este miércoles el cotidiano Al Akbar: “Lo más peligroso que puede darse es la deterioración de la relación entre el pueblo y el ejército”, advirtió el diario.