Los seres humanos y las ratas aprenden a caminar utilizando la misma cadena de comandos nerviosos motrices, según un estudio que sugiere que la locomoción en humanos y animales evolucionó a partir de una misma red neuronal ancestral.

Los autores de este artículo, publicado en la revista Science del 18 de noviembre, descubrieron que en los recién nacidos, las neuronas (células nerviosas) de la médula espinal se activan en dos fases: la primera ordena a las piernas doblarse y estirarse y, la segunda alterna el movimiento para avanzar.

Los investigadores compararon la actividad eléctrica producida por veinte músculos de niños y adultos con el reflejo de marcha de un recién nacido cuando éste es puesto en posición vertical.

El circuito neuronal de los niños muy pequeños requiere cuatro etapas para caminar, no sólo transmitir las órdenes de doblar y estirar las piernas, sino también órdenes más sutiles, como indicarle a los dedos de los pies levantarse del suelo antes de que la pierna empiece a flexionarse.

Circuitos neuronales similares fueron observados en ratas, y también en gatos, monos y gallinas de Guinea.

Según este estudio, una vez superada esta primera etapa de la marcha reflejo en los niños muy pequeños, la locomoción humana difiere de la de los animales aparentemente al integrar complejos movimientos de los brazos, como estirarlos y agarrar un objeto.

Aunque el caminar erguido sobre dos piernas diferencia al ser humano del resto de las especies del reino animal, y probablemente desempeñe un papel crucial en su evolución, este estudio muestra que la naturaleza ha conservado en los humanos un sistema nervioso antiguo en algunos aspectos de la función motriz, que sigue siendo similar al de varios animales.