El presidente boliviano Evo Morales invitó a dirigentes de indígenas amazónicos que marchan hace un mes rumbo a La Paz en rechazo a una carretera, a reunirse este viernes en la ciudad de Cochabamba (centro del país) para discutir el asunto, informó una alta fuente oficial.
El gobierno “ratifica su voluntad de diálogo con la invitación del presidente Evo Morales a una comisión de la marcha para que pueda constituirse en la ciudad de Cochabamba (para) para atender de manera directa las demandas de su movilización”, dijo el ministro de la Presidencia, Carlos Romero.
Morales prevé reunirse previamente este mismo viernes con delegados de etnias amazónicas disidentes de la marcha de protesta, en el poblado de Santo Domingo, en el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), por donde debe atravesar la carretera vetada por los nativos.
Romero manifestó en la declaración de prensa que “el gobierno defiende el derecho de consulta a las comunidades indígenas y asume el mismo como un mandato que cumplirá fielmente”.
“Inclusive previendo la participación de veedores nacionales e internacionales nominados por los pueblos indígenas”, manifestó.
“Asimismo respetará las estructuras organizativas de las comunidades indígenas involucradas”, agregó.
El gobierno “envió una carta a la marcha respondiendo todos los puntos” de su plataforma y reiterando el diálogo, señaló.
A raíz de la nueva propuesta, los marchistas de La Embocada retrasaron su salida del lugar para discutir los términos de la invitación del mandatario.
Otras siete iniciativas del gobierno fracasaron previamente por falta de entendimiento con la marcha, que debía reanudarse este viernes, a pesar de que a unos 25 km de La Embocada, en el poblado de Yucumo, cientos de colonos leales a Morales amenazan con impedirles el paso.
Para prevenir eventuales choques, una fuerza de 450 policías fue desplazada al lugar.
Los nativos, que comenzaron su caminata hace un mes en la ciudad amazónica de Trinidad (noreste) para recorrer 600 km hasta La Paz, rechazan la construcción de una carretera de 300 km que el gobierno pretende que atraviese una reserva indígena en el centro del país, rica en flora y fauna.