La treintena de documentales en exhibición en el XXVI Festival Internacional de Cine de Toronto prueban de que el género goza de buena salud y es cada vez más impermeable a la crisis, explica Thom Powers, programador de la muestra que se extiende hasta el domingo.

“La crisis no existe para los documentales, por la sencilla razón de que siempre han luchado para financiarse, entonces (para ellos) no está peor que antes. Sus directores, en cambio, están mejor preparados”, dijo Powers en una entrevista con la AFP.

Para el director de las secciones “Real to Real” y “Mavericks” (francotiradores), las fuentes de financiamiento del sector se han diversificado: por mucho tiempo el dinero provenía principalmente de las cadenas de televisión, ahora hay cada vez más inversores privados, y los realizadores incluso buscan apoyo financiero directo a través de internet.

Este sistema de recaudación de fondos entre los futuros espectadores, conocido como “crow-funding”, disponible en sitios como “indiegogo.com” o “kickstarter.com”, por citar dos de los más importantes, ha sido particularmente exitoso para uno de los documentales más originales del festival, “Urbanized”, de Gary Hustwit, sobre megaciudades como Bombay, y otros centros urbanos en declive, como Detroit.

“Es muy bueno para los cineastas no tener que pasar por el filtro del dinero y apuntar directamente a la audiencia. Por ejemplo, gente apasionada por el diseño urbano” ve en “Urbanized” “una tendencia real”, dijo Powers.

“Estamos hablando de presupuestos de menos de medio millón de dólares en general”, agregó Powers, estimando que ese bajo costo relativo es justamente lo que atrae cada vez más a grandes cineastas a hacer documentales.

“Se han visto films de Werner Herzog, Wim Wenders, Cameron Crowe… porque encuentran una mayor libertad creativa con menos presión, sin tener que mover un gran equipo, prever el trailer, el casting de las estrellas…”, dijo.

Este año, por primera vez, un documental, “Down From The Sky” de Davis Guggenheim, sobre la banda irlandesa U2, abrió el festival, y otro documental, “The Story of Film: An Odyssey” de Mark Cousins, batió todos los récords en el festival: con 15 horas de duración fue proyectado en Toronto durante tres horas al día (y se puede ver parcialmente en el sitio del festival, tiff.net).

Según Powers, “los documentales han atraído tantos espectadores como las ficciones y a veces más”, porque el público en Toronto es “especialmente educado” en este género, gracias al festival de documentales Hot Docs, uno de los más grandes de su tipo, que se celebra en mayo desde hace 15 años.

La selección de este año refleja las preocupaciones del momento. “Last Call for Oasis” trata sobre el tratamiento de las aguas, “The Island President” sobre el cambio climático, “Surviving Progress” sobre los conflictos de la técnología.

Pero también hay documentales sobre cuestiones políticas, como “Sarah Palin – You betcha!”, sobre la musa conservadora estadounidense, “Tahir 2011″, sobre la revolución egipcia y “The Education of Auma Obama”, sobre el medio hermano del presidente estadounidense.

Otros temas sociales son retratados en “Into the Abyss”, sobre los corredores de la muerte, o “In my mother’s arms”, dedicado a los huérfanos en Bagdad. Y un documental,”The Tsunami and the Cherry Blossom”, es la primera película sobre las catástrofes en Japón.

“Algunos realmente pueden servir para despertar conciencias”, opinó Powers.