Los rebeldes seguían asediando este martes el complejo residencial de Muamar Gadafi en Trípoli, tres días después de lanzar una ofensiva contra la capital donde según su hijo se encuentra el líder libio.
Tras la ofensiva lanzada el sábado por los rebeldes contra Trípoli, bastión del régimen, y la toma de control de varios barrios y de la televisión estatal, la rebelión respaldada por la OTAN proclamó que la era Gadafi se acerca al fin.
Pero Saif al Islam, influyente hijo del coronel Muamar Gadafi, cuya captura se había anunciado, reapareció el martes y dijo que su padre seguía en Trípoli.
La OTAN aseguró desconocer su paradero y aclaró que Gadafi no era un blanco militar. “La OTAN no apunta a individuos. Gadafi no constituye un blanco”, dijo el coronel Roland Lavoie en el cuartel general de la operación en Nápoles.
La jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, citando a los rebeldes, aseguró que éstos ya controlan el 80% de la capital.
Violentos combates con artillería pesada y cohetes se desarrollaron en torno al complejo residencial de Gadafi en el barrio de Bab al Aziziya en Trípoli.
El complejo está situado cerca del hotel Rixos, donde se encuentran alojados los periodistas extranjeros. Desde allí se escucharon durante toda la jornada disparos de morteros y armas automáticas.
Según el portavoz del Pentágono, Gadafi todavía se encuentra en Libia. “Pensamos que sigue en el país. No tenemos informaciones de que haya salido”, declaró el coronel David Lapan.
“Estoy aquí para desmentir las mentiras”, indicó Saif al Islam a los periodistas en el residencial de su padre, refiriéndose al anuncio de su propia detención.
“Trípoli está bajo control nuestro. Que todo el mundo esté tranquilo. Todo va bien en Trípoli”, indicó el hijo del coronel, presentado como su sucesor y portavoz oficioso del régimen, rodeado de decenas de simpatizantes.
El fiscal de la CPI, el argentino Luis Moreno Ocampo, había anunciado la noche del domingo la detención de Saif al Islam, pero su portavoz admitió el martes que no era cierto.
Seis meses después de su alzamiento y cinco desde que la OTAN decidió intervenir bombardeando a las fuerzas de Gadafi desde el aire, los rebeldes lanzaron su ofensiva sobre Trípoli el sábado por la noche.
Los revolucionarios contaron con el apoyo de combatientes llegados por mar desde el enclave de Misrata (214 km al este de la capital) o desde el oeste del país y entraron casi sin resistencia.
El presidente del insurgente Consejo Nacional de Transición (CNT), Mustafa Abdeljalil, confirmó que la batalla de Trípoli no ha terminado aún.
“La era de Gadafi ha acabado”, aunque “no podemos decir que nuestros revolucionarios han tomado el control total de Trípoli. Bab al Aziziya y algunas zonas aledañas no están aún bajo nuestro control, y por consiguiente ignoramos si Gadafi se encuentra allí”, dijo, expresando el deseo de que sea capturado “vivo” para que pueda tener un “juicio justo”.
Fuera de la capital, los rebeldes avanzaron el martes hacia el puerto petrolero de Ras Lanuf, en dirección a la ciudad de Sirte, adentrándose en el frente este del que se retiraron las fuerzas leales a Gadafi, anunció a la AFP un portavoz militar de la rebelión, Mohamed Zawiwa.
“Nuestros combatientes avanzaron unos 40 km más allá de Brega. Hemos dejado atrás la localidad de Bishr, estaremos esta noche en Ras Lanuf”, afirmó Zawiwa.
Ubicada a 240 km al sudoeste de Bengasi (capital de los rebeldes al este del país), en la costa del golfo de Sirte, la ciudad petrolera de Brega marcaba hasta ahora el frente este del conflicto.
Las fuerzas de Gadafi dispararon el lunes tres misiles Scud desde los alrededores de Sirte, bastión del régimen, contra Misrata, sin causar daños, dijo la portavoz de la OTAN, Oana Lungescu.
El enviado especial de la ONU en Libia, Abdel Ilah Jatib, reveló que el régimen de Gadafi había solicitado su intervención ante Naciones Unidas para negociar, antes de la ofensiva rebelde.
“Unos pocos días antes del ataque de los rebeldes contra Trípoli, responsables libios me solicitaron que interviniera”, declaró Jatib, ex ministro jordano de Relaciones Exteriores al diario oficialista Ad Destur.
“Les contesté que como mediador buscaba lo que era aceptable por la otra parte. Y la otra parte se niega a negociar lo que sea antes de una salida de Libia de Muamar Gadafi”, agregó.
La comunidad internacional coincidió en que el régimen libio “toca au fin”, seis meses después del alzamiento similar a las revoluciones populares que en enero y febrero depusieron a los presidentes de Túnez, Ben Alí, y Egipto, Hosni Mubarak.