Dominique Strauss-Kahn llegó este martes al tribunal penal de Nueva York en compañía de su esposa, Anne Sinclair, constató la AFP.
Esperado por un centenar de periodistas, el ex director del FMI, de traje oscuro y camisa clara, arrivó con su esposa, que lucía falda y chaleco negros, para la audiencia judicial en la que se espera que el juez archive todos los cargos en su contra.
Gritos de los manifestantes apostados en la calle se escuchaban en medio de la calma de la corte en el piso 13.
La sala llena esperaba un veredicto del juez Michael Obus, quien según todos los pronósticos debería aprobar la petición del fiscal de retirar todos los cargos alegando la falta de credibilidad de la acusadora, la inmigrante guineana de 32 años Nafissatou Diallo.
La desetimación de los cargos pondrían fin al espectacular y sórdido caso de tres meses que cautivó al mundo y que puso de cabeza al sector político francés.
En el exterior, cerca de una treintena de mujeres protestaban contra la decisión de la fiscalía de solicitar la desestimación de cargos de agresión sexual.
Con pancartas en las que se leía “¡DSK, das vergüenza y también el fiscal!” y “¡Nafissatou, te creemos!”, las mujeres manifestaban por segundo día consecutivo.