Una fuerte tormenta con intensa lluvia y viento obligó este sábado al Papa Benedicto XVI a interrumpir brevemente su homilía, cuando apenas había empezado a hablar en la vigilia de oración de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en el aeródromo de Cuatro Vientos, en Madrid.

Tras soportar temperaturas cercanas a los 40 grados durante todo el día, los peregrinos presentes en la vigilia sufrieron la lluvia y un fuerte viento, que incluso arrancó el solideo del Papa, cuando el Santo Padre inició su homilía.

Los asistentes taparon enseguida con paraguas blancos al Santo Padre, que esbozó una media sonrisa, esperando el final de la tormenta. Los miles de jóvenes allí congregados, lejos de enojarse, entonaron con mayor alegría los gritos de “¡Benedicto, Benedicto!” y “¡Esta es la juventud del Papa!”.

“No tenemos más remedio que quedarnos aquí. No hemos traído impermeables. Va a pasar enseguida”, dijo a la AFP René, un optimista peregrino francés, que trataba de cubrirse bajo una lona, al igual que el resto de sus compañeros que utilizan lonas y banderas como protección.

El Papa en ningún momento hizo ademán de moverse del gran escenario blanco, desde donde preside la vigilia, uno de los eventos centrales de la JMJ, mientras la organización advirtió por la megafonía que “vamos a esperar un poco a que pare”.

Pasados unos minutos, la lluvia remitió y el Papa pudo continuar con la homilía.