Pianos donados por Alemania serán repartidos en centros culturales y escuelas artísticas del país tras gestiones realizadas por el destacado pianista Roberto Bravo y el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
El viaje de los 15 pianos comenzó en la ciudad alemana de Bonn, luego llegaron por tierra al puerto belga de Amberes y desde ese lugar cruzaron el océano para después arribar a Valparaíso.
Sin embargo, la “Joya del Pacífico” no es el último destino de los instrumentos, porque la travesía continuará a diversos centros culturales y escuelas de sectores vulnerables y aislados del país.
Se trata de recintos que cuentan con un plan educativo de piano y que antes no contaban con este elemento musical. Entre ellos, establecimientos de Arica, Alto Hospicio, Vallenar y Coquimbo, además de La Florida, Rancagua, Lota, Puerto Montt y Coyhaique.
En todo caso, el ministro de Cultura, Luciano Cruz Coke, comentó que existe la posibilidad de traer más pianos desde Alemania para beneficiar principalmente a los niños chilenos.
Fue el destacado pianista nacional Roberto Bravo, quien, a través de su fundación y con la ayuda del chileno residente en Alemania Arauco Orellana, gestionó la donación de los 15 instrumentos.
El músico chileno aseguró que este acto de solidaridad es sólo un primer paso.
Héctor Barriga, director de la Escuela Básica de Carabineros Isaías Guevara de Lota, manifestó que los alumnos de su establecimiento se mostraron muy emocionados al recibir la noticia de la donación.
El Consejo Nacional de la Cultura y las Artes financió el traslado de los pianos desde Alemania hasta Valparaíso, mientras que también se hará cargo de los costos de entrega a los recintos beneficiados.