El gobierno uruguayo lanzó este viernes un plan que busca frenar el “drama social” del suicidio, cuya tasa, de 17 cada 100.000 habitantes, es (junto con la de Cuba) la más alta de la región y supera el promedio mundial.
“Estamos en presencia de un drama social que lamentablemente nos caracteriza como país”, indicó Leonel Briozzo, director del Departamento de Programación Estratégica del Ministerio de Salud Pública (MSP) y que asumirá la semana próxima como nuevo viceministro de la cartera.
“Es una triste contradicción del destino estar viviendo en el país menos inequitativo de América, que está mejorando (…) y que esa situación objetiva no se pueda transmitir a cada uno de los integrantes del cuerpo social para que haya una sensación de bienestar”, opinó el jerarca en el lanzamiento del Plan de Prevención del Suicidio 2011-2015.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año hay en el mundo aproximadamente un millón de suicidios y de 10 a 40 millones de intentos de autoeliminación.
En Uruguay el pico más alto de los últimos años se registró en 2007, con 587 suicidios consumados, mientras que en 2009 -último año registrado- fueron 537.
Una cifra considerable para un país de 3,4 millones de habitantes y que hace que la tasa se ubique en promedio, en el último quinquenio, en 17 cada 100.000 habitantes, por encima de 16 cada 100.000 del promedio mundial.
La tasa de Uruguay “es la más alta de la región, junto con Cuba, pero sabemos por la OPS que en muchos países no hay registro o hay subregistro”, dijo a la AFP Hebert Tenenbaum, responsable del Programa Nacional de Salud Mental del MSP.
“Igual es muy alta, más teniendo en cuenta que en algunos departamentos (provincias) llega a 25 cada 100.000, y es mucho más alta que el promedio de los países de Europa, que están por debajo de 10″, señaló, estimando que el año pasado deben de haberse registrado al menos 6.000 intentos de suicidio, un problema sobre el que no hay registros oficiales.
Es por eso que el nuevo plan se focalizará en atender a quienes hacen un intento de autoeliminación, con la inclusión a partir de septiembre de la salud mental en el sistema de salud. Además, se llevará a cabo un seguimiento obligatorio durante seis meses a todas las personas que realicen un intento de autoeliminación.
Más adelante se buscará apuntar a los sectores de mayor riesgo: adolescentes, personas de la tercera edad y policías.
Según el MSP, el 78% de los suicidas son hombres y el pico más alto se da entre los mayores de 65 años, donde la tasa fue de 33 cada 100.000 habitantes en 2009.
En adolescentes, en tanto, la tasa ronda entre 11 y 16 cada 100.000 habitantes, según las edades.
Entre los métodos utilizados destaca el ahorcamiento, elegido por el 54% de los suicidas, seguido del disparo con un arma de fuego, por el que opta el 32%.