Las autoridades mexicanas tratan de minimizar el secuestro hace cinco días por un grupo armado de unos 60 migrantes que viajaban en un tren de carga, denunció el miércoles el padre Alejandro Solalinde, director de un refugio católico y quien dio la voz de alerta sobre el plagio.

El sacerdote fue especialmente crítico con el gobierno del estado de Veracruz (este), donde ocurrió el hecho, que se refirió a las denuncias de Solalinde como simples “rumores”.

“Creo que están ocultando algo, porque si se atreven a negarlo, después de dos informes que han señalado que en Veracruz se cometen la tercera parte de los secuestros a migrantes en el país”, es que “o no están bien informados o están metidos” (involucrados), dijo Solalinde en conferencia de prensa.

En cada uno de los casos de secuestro masivo denunciados, “lo primero que el gobierno ha hecho es negarlos”, señaló Solalinde.

El sacerdote activista denunció el fin de semana que un comando de encapuchados armados detuvo la noche del viernes el tren de carga en el que viajaban unos 250 migrantes como polizontes, y secuestró al menos a unos 60, incluyendo mujeres y niños.

Entre los ocupantes del tren había salvadoreños, hondureños, guatemaltecos y nicaragüenses, según los registros del albergue que dirige Solalinde en Ixtepec (Oaxaca,sur), donde se alojaron antes de tomar ese tren.

La Secretaría de Relaciones Exteriores mexicana informó en un comunicado que está en estrecho contacto con las cancillerías de El Salvador, Guatemala y Honduras para informarlos de las investigaciones sobre el “probable” secuestro de inmigrantes.

En el terreno se encuentran trabajando agentes de la Secretaría de Gobernación (Interior), la Procuraduría (fiscalía) general y el Instituto Nacional de Migración (INM), detalló la cancillería.

Dos migrantes que lograron escapar y regresar al refugio de Ixtepec se presentaron el lunes ante la fiscalía para dar su testimonio.

El gobierno mexicano reveló el miércoles que esos dos testigos dieron cuenta sólo de cinco secuestrados: dos mujeres, dos hombres y un niño.

“Por emprender la huida, los testigos no tienen conocimiento de qué más sucedió”, señaló en conferencia René Martín Zenteno, subsecretario de Migración, quien instó a Solalinde a que presente todas las pruebas de que dispone.

Según el religioso, los hombres armados subieron al tren, aparentemente en complicidad con los maquinistas, ingresaron a los vagones y sacaron a los migrantes poco antes de llegar a la estación de Medias Aguas (Veracruz).

Este sacerdote católico es reconocido por desafiar a los grupos armados, que también amenazan a los albergues gratuitos que grupos católicos y otras organizaciones mantienen en las rutas más usadas por los migrantes, según han denunciado varias ONG.

En ocasiones estos grupos armados actúan en complicidad con policías locales y guardias migratorios, según varios reportes, entre ellos uno de Amnistía Internacional.

Solalinde dijo que el reciente secuestro cuestiona también las capacidades del Instituto de Migración, sometido a proceso de depuración este año. El sacerdote denunció en el pasado que agentes del INM han entregado migrantes al cártel de Los Zetas.

Veracruz, ubicado sobre el Golfo de México, es vecino de Tamaulipas, bastión de Los Zetas y donde en agosto fueron asesinados 72 migrantes de Centro y Sudamérica, masacre atribuida por las autoridades a ese grupo criminal.

Solalinde señaló que las “casas de seguridad”, donde se recluyen a los secuestrados, se encuentran en ranchos de ganaderos de Veracruz, que incluso prestan los camiones en lo que transportan ganado para llevar a las víctimas.

La estatal Comisión Nacional de Derechos Humanos señaló que 11.333 migrantes fueron secuestrados entre abril y septiembre de 2010.