El Tribunal Penal Internacional para Ruanda condenó este viernes en Arusha (Tanzania) a cadena perpetua a la ex ministra Pauline Nyiramasuhuko, la primera mujer reconocida culpable de genocidio por esta jurisdicción internacional.

El TPIR, instalado en Arusha (norte de Tanzania), también condenó a prisión de por vida al hijo de Nyiramasuhuko, Arsène Shalom Ntahobali.

La ex ministra de la Familia y su hijo eran los dos principales juzgados de un grupo de seis personas acusadas de crímenes de genocidio y crímenes contra la humanidad por el supuesto papel que desempeñaron en el genocidio de tutsis en Butare (sur de Ruanda).

El ex prefecto de Butare, Sylvain Nsabimana, fue condenado a 25 años de cárcel, su sucesor en ese puesto, Alphonse Nteziryayo, a 30 años, y dos ex alcaldes de la región, Joseph Kanyabashi y Elie Ndayambaje, a 35 años de cárcel y cadena perpetua respectivamente.

Sus abogados habían pedido la absolución e intentaron señalar contradicciones en las declaraciones de los testigos de cargo.

Pauline Nyiramasuhuko, de 65 años, fue la primera mujer juzgada por estos cargos en el tribunal internacional, aunque otras mujeres fueron condenadas por su papel en el genocidio de 1994, ante jurisdicciones de Ruanda.

La misión del TPIR consiste en juzgar a los principales instigadores del genocidio de los tutsis cometido en Ruanda en 1994, desencadenado por el régimen extremista hutu, que en esa época estaba en el poder, y que según la ONU causó unos 800.000 muertos.

Nyiramasuhuko fue encontrada culpable de siete de los once cargos en su contra, y sobre todo de los de genocidio, conspiración para cometer un genocidio, exterminio considerado como un crimen contra la humanidad y violación considerado como un crimen contra la humanidad, precisó en la audiencia el juez William Hussein Sekule, presidente de una de las cámaras de primera instancia del TPIR.

Sin la participación de Pauline Nyiramasuhuko y de los otros acusados, “el genocidio no hubiera sido posible en Butare”, declaró la procuradora, Holo Makwaia, en su alegato inicial, el 20 de abril de 2009.

“En lugar de proteger a las familias como lo estipulaba el mandato de su ministerio, ella decidió exterminar a las familias”, agregó. “Shalom Ntahobali no estaba lejos de su madre: él mató y violó”, acusó la representante del procurador.

Pauline Nyiramasuhuko comparecía ante el TPIR desde junio de 2001 junto con los otros cinco acusados.

En abril de 1992, ella fue nombrada ministra de la Familia y de la Promoción Femenina en el primer gobierno multipartito, convirtiéndose en una de las cuatro primeras mujeres en Ruanda que obtuvieron una cartera ministerial.

Su mandato fue prorrogado en 1993, y nuevamente en 1994, durante el genocidio.

Después de la victoria militar de la rebelión del Frente Patriótico Ruandés (FPR, actualmente en el poder) se refugió en Bukavu, en el este del ex Zaire, actualmente República Democrática del Congo, y fue acusada por varias organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos por su presunto papel en el genocidio.

En julio de 1997 fue arrestada en Kenia y trasladada para ser juzgada al TPIR.