El régimen libio rehusa toda discusión sobre una eventual partida del coronel Muamar Gadafi, cuatro meses después del comienzo de una insurrección en el país, mientras se reanudaban los combates en varios frentes.

“No soy ni primer ministro, ni presidente, ni rey. No ocupo ningún cargo en Libia. Es por ello que no tengo que renunciar a ninguna función”, declaró el domingo el coronel Gadafi, cuyas palabras fueron citadas por el presidente del Federación Internacional de Ajedrez, el ruso Kirsan Iliumjinov.

Los dos hombres se reunieron en Trípoli y jugaron al ajedrez. La televisión libia transmitió las imágenes de la partida, mostrando a Gadafi vestido con una “abaya” marrón y con gafas obscuras.

“Gadafi dijo que no tiene la intención de irse de Libia”, declaró Iliumjinov a la agencia Interfax. El 7 de junio, en un mensaje transmitido por radio, el dirigente libio había afirmado ya: “Pese a los bombardeos, no nos someteremos nunca”.

Gadafi muestra que no tiene la intención de ceder, pese a los bombardeos de la OTAN y la multiplicación de llamamientos internacionales para pedir su partida.

Entre tanto, el conflicto libio ha causado desde el 15 de febrero “entre 10.000 y 15.000″ muertos, según la ONU, y obligado a huir a unas 952.000 personas, según la Organización Internacional para las Migraciones.

En el campo de batalla, los combates se intensifican entre las fuerzas gubernamentales y las insurgentes.

En el este de Libia, los rebeldes trataron de tomar las instalaciones petroleras de Brega, a 240 km al oeste de Bengasi, y en las montañas del suroeste se esfuerzan por vencer los bolsones de resistencia de las fuerzas favorables a Gadafi.

A unos 40 km al este de la ciudad estratégica de Brega tuvieron lugar el domingo intensos combates con cohetes Grad y obuses, según los rebeldes.

El lunes, un comandante de la rebelión, Musa el Mograbi, indicó a la AFP que cuatro insurgentes murieron en esos combates. Según él, por la mañana la situación se había calmado.

Por su parte, el gobierno asegura que los rebeldes no logran ganar terreno.

En la región de Misrata, una ciudad portuaria rebelde situada 200 km al este de Trípoli, las fuerzas gubernamentales volvieron a bombardear el sábado la zona de Dafniyeh.

Según un portavoz de la rebelión de Misrata, en Zliten (unos 50 Km al oeste de Misrata), las fuerzas gubernamentales rodearon el barrio de Azdu y amenazaron a través de altavoces de violar a las mujeres y matar a los hombres si los rebeldes no deponían las armas.

En el oeste, en Zawiyah (40 Km al oeste de Trípoli), los combates son intensos desde el sábado, fecha en la que los insurgentes afirmaron haber tomado parte de la ciudad, controlada desde marzo por las tropas gubernamentales.

En las montañas del oeste, al menos siete rebeldes murieron y 49 fueron heridos en los intensos enfrentamientos alrededor de Zenten, según informaciones recogidas por un corresponsal de la AFP en el hospital de la ciudad.

De acuerdo con los insurgentes, la rebelión se extendió a la ciudad de Ghadames (600 km al suroeste de Trípoli), en la zona fronteriza con Túnez y Argelia.