Puede sonar como broma o a el tipo de invento de un nerd desesperado, sin embargo luego de que en la Feria Internacional de Equipamiento Médico de China realizada a comienzos de mayo se diera a conocer el último modelo de su “robot masturbatorio”, su éxito ha arreciado tanto comercialmente como en las redes sociales.
No se trata de un dispositivo para amantes frustrados, sino -tal como narra la revista científica Discover- de una máquina pensada para asistir a los hombres que recurren a procedimientos de fertilización asistida, bancos de semen u otros relacionados, que debido a su timidez u otras condiciones les resulta problemático eyacular con tan poca privacidad.
Denominado “Recolector automático de semen”, la máquina consta de un monitor donde se exhiben estímulos eróticos audiovisuales (también conocidos como películas pornográficas). Más abajo se encuentra un orificio forrado en látex de forma similar a un preservativo, que comprime suavemente el pene del donante mediante vibraciones y temperatura, a fin de simular el contacto con una vagina.
Con una tasa de resultados positivos cercana al 95%, Kevin Qiao, representante de Jiahua Electronic Instrument Co. -la firma que lo fabrica- señaló a la publicación que habían vendido más de 600 unidades en los últimos 3 años. Sus principales clientes son bancos de semen chinos, centros urológicos y de tratamiento para la fertilidad, esto porque su alto costo, cercano a los 3.000 dólares (1.5 millones de pesos chilenos), no lo hace muy atractivo para uso, digamos, privado.
Su éxito sin embargo puede deberse a otra de sus bondades, ya que el “Recolector automático de semen” tiene una propiedad más: viene programado con un sistema para tratar la eyaculación precoz, mediante una serie de movimientos destinados a desensbilizar los nervios del pene, y así aumentar el lapso previo a la eyaculación, para un mejor desempeño sexual.