Distintas ONG denunciaron este sábado que las autoridades chinas siguen acosando a los activistas pro derechos humanos, tras la detención de un abogado y la liberación de un destacado jurista, obligado a guardar silencio tras 70 días de arresto.

La detención de Li Fangpian parece formar parte de la ola de “desapariciones forzosas” que tiene a los opositores chinos en el punto de mira esta primavera.

Unos desconocidos se llevaron el viernes por la tarde a Li, que defendía el caso del famoso activista contra los abortos forzados Chen Guangcheng, a la salida de una reunión en Pekín, denunciaron dos asociaciones con sede en el extranjero.

La organización China Aid dijo que Li, involucrado también en el caso de los cristianos perseguidos, fue llevado “a la salida de una oficina de una ONG de defensa de víctimas de sida llamada Yi Ren Ping”.

“Puedo ausentarme durante un tiempo”, informó el abogado a su mujer antes de ser conducido a un escondite.

Poco antes, Teng Biao, un jurista que llevaba desaparecido 70 días, fue puesto en libertad sin recibir ninguna explicación.

La mujer de Teng confirmó a la AFP por teléfono que su marido regresó al domicilio familiar a las 15:30 (4 de la madrugada en Chile) la víspera. Preguntada sobre las condiciones de detención de su esposo, aseguró que éste no se sentía “cómodo” para contarlo.

Teng Biao, un abogado que aconseja a víctimas de injusticias, no ha hablado públicamente desde su liberación, precisó Renee Xia, del Centro de Información para los Derechos Humanos y la Democracia (CHRD) de Hong Kong.

“Si le es imposible hablar, esto puede significar que está siendo muy presionado”, declaró a la AFP.

“La desaparición de Teng Biao y su brusca puesta en libertad inexplicable corresponden a la conducta cada vez más salvaje y fuera de cualquier marco legal de las fuerzas de seguridad chinas para poner un bozal a lo que consideren disidencia”, explicó Phelim Kine, investigador de la organización Human Rights Watch.

Kine aseguró estar preocupado por las posibles torturas que el abogado podría haber sufrido durante su cautiverio.

“Si China desea ser considerada como un socio responsable, no puede seguir jugando a liberar a una persona para detener a otra”, denunció por su parte Bob Fu, presidente de China Aid.

La liberación de Teng y el arresto de Li ocurrieron al día siguiente de que finalizara el diálogo entre Pekín y Washington sobre derechos humanos, tras el que el secretario de Estado adjunto norteamericano Michael Posner lamentó “un grave retroceso” de China.

Decenas de juristas, escritores, periodistas, peticionarios, artistas y blogueros han sufrido en estas últimas semanas detenciones arbitrarias, arrestos domiciliarios y otras formas de acoso, en un intento de Pekín por ahogar cualquier intento de revuelta inspirada en las manifestaciones del mundo árabe.