El caso se remonta al 3 agosto del 2009, cuando José Julio Vargas Rivera de 68 años ultimó de dos disparos a su trabajador Marcos Huinca Gómez, quien se encontraba bajo los efectos del alcohol.

El fiscal de Río Bueno, Sergio Fuentes, pedía una pena de siete años por el homicidio de Huinca y otra de 3 por la tenencia ilegal de la escopeta que Vargas utilizó para matar a su empleado.

El tribunal, sin embargo, decretó una pena de cinco años y un día por el homicidio y 541 días por la tenencia ilegal de arma de fuego.

El fiscal Fuentes detalló cómo se produjo el incidente, que terminó con la vida de Huinca.

Aunque la defensa de Vargas Rivera alegaba que el hombre había actuado en defensa propia, no pudo demostrarlo en el juicio oral. La tesis además fue rebatida por el Ministerio Público porque, a juicio del fiscal, el condenado actuó con fuerza desmedida y desproporcionada y sin siquiera resultar lesionado.