Los organizadores de las llamadas “concentraciones del jazmín” hicieron el lunes un nuevo llamado por Internet a salir a protestar a las calles, pese a que las fuerzas de seguridad chinas sofocan por la fuerza cualquier brote de protesta, agrediendo incluso a periodistas extranjeros.

La campaña antigubernamental, que inició en el portal web de chinos expatriados basado en Estados Unidos, “Boxun”, bajo inspiración de la “revolución del jazmín” tunecina, hizo su convocatoria el lunes a través de Facebook, Twitter y otras redes extranjeras.

El movimiento invita a “todos aquellos que sufren de injusticia”, especialmente “los intelectuales, los diplomados sin empleo, los cristianos, los practicantes del dogma Falungong, las personas expropiadas y la juventud” a que protesten.

Sin embargo, nadie enfrentó a los policías que fueron desplegados masivamente en Pekín y Shanghai el domingo.

En la capital, cientos de policías uniformados y otros en civil hicieron una demostración de fuerza en la calle Wangfujing, agrediendo a los periodistas, principalmente a camarógrafos y fotógrafos.

Un periodista de Bloomerg News fue conducido al hospital luego de haber sido golpeado por al menos cinco hombres de la seguridad en civil mientras intentaba filmar, informó el lunes el grupo de prensa estadounidense, sin dar detalles de la gravedad de las heridas.

Además, una docena de periodistas fueron conducidos a la comisaría.

La embajada de Estados Unidos calificó de “preocupantes” las agresiones de las fuerzas chinas contra periodistas extranjeros.

“Pedimos a las autoridades chinas que respeten los derechos fundamentales reconocidos en el mundo, incluyendo el de expresión”, dijo el portavoz de la embajada de Estados Unidos en China, Richard Buangan.

En Shanghai, las fuerzas del orden estuvieron también presentes el domingo, arrestando a varias personas sin que se supiera si se trataba de manifestantes.

Las autoridades chinas, aparentemente muy nerviosas por las sublevaciones del mundo árabe, temen que el movimiento se contagie a China, por lo que intentan eliminar cualquier brote de protesta.

Los reportajes televisivos en los canales de CNN y en TV5 que trataban sobre China fueron censurados y los monitores aparecían en blanco.

La municipalidad de Pekín pidió el fin de semana a los medios extranjeros que solicitaran una autorización para hacer cualquier entrevista e incluso les pidió que no fueran a la calle Wanfujing, principal arteria comercial de Pekín, cercana a la plaza de Tiananmen.