El líder cubano Fidel Castro afirmó el martes que “la suerte” del presidente de Egipto, Hosni Mubarak, “está echada” y su gobierno no se salvará ni con el apoyo de Estados Unidos, según un artículo difundido en la televisión local.

Imagen: cubadebate.cu

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“La suerte de Mubarak está echada y ya ni el apoyo de Estados Unidos podrá salvar su gobierno”, estimó Castro, de 84 años y quien se dedica a escribir tras haberse alejado del poder en 2006 por una enfermedad.

El ex gobernante cubano opinó que el rumbo de las protestas en Egipto, que se producen desde hace una semana y que habrían dejado más de 300 muertos según la ONU, “no permite dar por hecho que la continuidad del régimen esté garantizada”.

“Ni tampoco que Israel pueda seguir teniendo en el futuro en El Cairo a su principal aliado regional”, manifestó el líder comunista, en un extenso texto sobre la situación en Egipto.

Mubarak, de 82 años, se negó este martes a renunciar inmediatamente al poder como lo exigieron más de un millón de personas durante una jornada de manifestaciones multitudinarias.

El mandatario egipcio, en el poder desde hace 30 años, se limitó a anunciar que no se presentará a las elecciones de septiembre, tras lo que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, le pidió “ahora” una transición “ordenada y pacífica” en Egipto.

El líder cubano recordó que Estados Unidos convirtió a Egipto en su aliado principal en el mundo árabe y que es uno de los dos países árabes -el otro Jordania- que firmó un tratado de paz con Israel.

Ante la convulsa situación, Castro señaló que “el mundo se enfrenta simultáneamente y por primera vez a tres problemas”, las crisis climáticas, alimenticias y políticas, a lo que se añaden “los riesgos de guerra cada vez más destructivos”.

“¿Dispondrán los líderes políticos de suficiente serenidad y ecuanimidad para hacerles frente? De ello dependerá el destino de nuestra especie”, advirtió el ex presidente cubano.

En otro artículo difundido el lunes, Castro aseguró que a Obama le resulta imposible administrar la “olla de grillos” que Estados Unidos creó en el mundo, y ejemplificó con las recientes protestas en Túnez y Egipto.