Madre denunció que su hijo fallecido fue aplastado por máquinas en el Cementerio General de Concepción, lo que motivó que fuera ella misma quien tuviera que trasladar el féretro a otro lugar del campo Santo.
En la administración del cementerio dijeron que la ley los ampara y que la denuncia es irresponsable.
Edith Escares estuvo embarazada de 3 hijos, sin embargo, sólo 2 lograron nacer vivos. Según dijo la mujer, en una de las visitas que realizó a su hijo fallecido se dio cuenta que maquinaria pesada trabajaba en el lugar donde estaba sepultado el pequeño Manuelito.
La madre señaló que reclamó en forma inmediata a la administración y que fueron ellos mismo quienes le entregaron el ataúd de su pequeño para que lo trasladara a otro nicho dentro del mismo recinto.
El director del Cementerio General de Concepción, Ernesto Cruces, calificó la denuncia de la familia como irresponsable, ya que indicó que el recinto cumple con todas las normas.
Cruces dijo que la ley de cementerios ampara los trabajos en nichos que estén vencidos, y que el patio donde se encontraba sepultado el pequeño Manuelito había vencido hace 3 años y que es un proceso normal que se realiza en los campos santos del país para poder ser reutilizados por más personas fallecidas.
Una situación que administrativamente queda resuelta bajo el amparo de la Ley, pero que toca la dignidad de una familia que reclama por un proceso que podría ser mejor.