Uno de los abogados del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, se quejó este miércoles de las dificultades de acceder a su cliente, encarcelado desde el 7 de diciembre en espera de una decisión sobre su eventual extradición a Suecia, que lo reclama por presuntos delitos sexuales.

“No tengo acceso a él”, declaró el letrado Mark Stephens a la cadena de televisión Sky News.

Suecia apeló a última hora del martes el fallo de un juez de primera instancia que pocas horas antes decidió conceder la libertad bajo fianza con condiciones al creador de WikiLeaks mientras continúa el proceso de extradición, que podría durar varios meses.

Stephens indicó que esperaba “recibir información de los suecos” este miércoles, pero precisó que la falta de acceso a Assange les impedía “recibir instrucciones” de su cliente.

En espera del examen de la apelación, que debe llevarse a cabo antes de la tarde del jueves en la Alta Corte de Londres, Assange tuvo que regresar a la celda donde permanece aislado de los otros prisioneros en el penal de Wandsworth (suroeste de Londres), sin ordenador o teléfono móvil para poderse comunicar con el exterior.

Si la apelación es rechazada, y si los abogados consiguen reunir las 200.000 libras (315.000 dólares) que les exige la justicia, además de dos garantías personales de 20.000 libras cada una, Assange podrá recuperar la libertad.

Sin embargo, deberá vivir en una propiedad en el campo de su amigo y presidente del Frontline Club Vaughan Smith en Suffolk (este de Inglaterra), llevar un brazalete electrónico y respetar un toque de queda.

Además, para evitar cualquier riesgo de fuga le será retirado su pasaporte.

El juez del tribunal de Westminster fijó la próxima audiencia del proceso de extradición para el próximo 11 de enero, cuando debería fijarse la fecha del juicio, según una fuente judicial.

Stephens volvió a denunciar “la persecución” que sufría su cliente, cuya página web empezó a difundir el 28 de noviembre miles de cables confidenciales de la diplomacia estadounidense.