Argentina llevó este lunes a las Naciones Unidas su protesta por ejercicios militares británicos que incluyen disparos de misiles en la zona de las disputadas Islas Malvinas, convertidas de nuevo en foco de tensión bilateral, aunque Londres calificó las maniobras “de rutina”.

“Hicimos la presentación ante el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon (…) con una copia de la nota verbal de protesta de Argentina al Reino Unido, a través de la embajada británica en Buenos Aires”, dijo a la prensa local el embajador en la ONU, Jorge Argüello.

Argüello dijo por otra parte a radio La Red que el objetivo es “alertar sobre los ejercicios misilísticos (…) Los misiles van a ser disparados desde territorio argentino y van a caer en aguas o en territorio argentino”.

“Hasta que no se dilucide en la ONU el fondo de la cuestión, la soberanía de las islas, nadie puede decir que el territorio argentino es algo distinto de las Islas Malvinas”, dijo el diplomático.

En respuesta, un portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores británico sostuvo este lunes que las maniobras militares en Malvinas son “pruebas militares de rutina que se han llevado a cabo cada seis meses durante los últimos 28 años, más recientemente en abril de este año”.

“Siempre se emiten alertas para los barcos con antelación. Las maniobras tienen lugar exclusivamente en aguas territoriales de las Falklands (nombre inglés de Malvinas)” declaró un portavoz del Foreign Office.

La presidenta Cristina Kirchner condenó el sábado la “militarización del Atlántico Sur”, en un mensaje por la red social Twitter, y dijo textualmente: “Típico colonialismo del siglo XIX. Anacrónico uso de la fuerza, violando Derecho Internacional. No les importa (…) Síntesis: ¿Piratas for ever?”.

Las Malvinas eran territorio argentino pero tropas británicas las ocuparon en 1833, año desde el cual hay una colonia de unos 2.000 habitantes, con fuerte producción pesquera, aunque en el último año se descubrieron riquezas petroleras explotables en aguas aledañas.

La dictadura del general Leopoldo Galtieri intentó recuperar por la fuerza las islas en 1982, pero tras una guerra de 74 días se rindió con un balance de 649 argentinos y 255 británicos muertos.

Buenos Aires presentó el sábado en la embajada británica una “formal y enérgica protesta” y reclamó a Londres que “se abstenga de realizar ejercicios militares con disparos de misiles”.

En una reacción regional, el presidente venezolano Hugo Chávez apoyó este lunes la queja de Argentina al considerar los ejercicios militares británicos como “una contradicción” con decisiones de la ONU y pedir a la región que los rechace en bloque.

Por su parte, el canciller uruguayo Luis Almagro se pronunció contra cualquier actividad militar en el archipiélago.

Argüello recordó que “hay varias resoluciones que se vienen arrastrando desde hace décadas, año tras año, y que dicen que Gran Bretaña no puede negarse a negociar diplomáticamente la soberanía de las islas”.

“Además, no puede otorgar unilateralmente permisos de pesca en las aguas de conflicto, no puede explorar ni explotar minerales o petróleo en territorio en disputa, ni realizar ejercicios misilísticos en las áreas en conflicto”, dijo el embajador ante la ONU.

El anuncio de los ejercicios militares había sido comunicado el viernes por las fuerzas británicas al Servicio de Hidrografía Naval de la Marina de Guerra argentina.

Las relaciones entre ambas naciones se tensaron este año, a raíz de la determinación de Gran Bretaña de autorizar a empresas privadas la prospección de petróleo en el área de Malvinas.

Argentina respondió con la prohibición de usar sus puertos a buques de cualquier bandera que participen del negocio petrolero en las islas.