Gran Bretaña se preocupa por la calidad de su carne tras conocerse que dos bovinos nacidos de una vaca clonada fueron consumidos en el país, mientras las autoridades buscan los rastros de más de un centenar de sus descendientes.

Imagen | bebesymas.com

Imagen | bebesymas.com

Tres vacas nacidas de un clon estadounidense habrían parido 97 terneros, indicó en su página de internet Holstein UK, un organismo que registra el historial de los bovinos.

El organismo publicó esta información luego de que la Agencia de Seguridad Alimenticia de Gran Bretaña (FSA) anunciara la víspera que la carne de un bovino nacido de una vaca clonada fue vendida para el consumo, lo que provocó preocupación por los efectos en la salud humana de alimentos provenientes de clones.

La FSA indicó el jueves que está realizando una investigación sobre 97 bovinos lecheros de raza Holstein, “clones de tercera generación”.

Una década después de la Encefalopatía Espongiforme Bovina (ESB o enfermedad de la vaca loca), los británicos vuelven a preocuparse por la calidad de su carne, incluso cuando las autoridades aseguran que el consumo de animales descendientes de clones no representa ningún peligro para la salud.

Autorizada desde 2008 en Estados Unidos, la carne y productos generados a partir de clones y de su progenitura necesitan una autorización específica para ingresar en el mercado, según la legislación europea. La FSA precisó no haber dado permiso para esto ni haber recibido ningún pedido de autorización.

La agencia indicó que rastreó todos los terneros nacidos en Gran Bretaña provenientes de ocho embriones de una vaca clonada en Estados Unidos, de los cuales dos murieron cuando llegaban al mes de vida.

La carne de dos de los terneros, Dundee Paratrooper y Parable, faenados respectivamente en 2010 y en 2009, ingresaron en la cadena alimenticia.

La carne de los dos bovinos debe haber sido consumida, reconoció la FSA, tras precisar que la de otro animal fue retirada de los circuitos de distribución.

La FSA inició esta investigación luego de que se publicara a fines de julio un artículo en el periódico International Herald Tribune donde se afirmaba que criadores europeos, particularmente británicos y suizos, habían comenzado a utilizar animales clonados.

El periódico cita a un criador británico no identificado que afirmó vender leche de animales provenientes de un clon.

Según el Daily Telegraph, un granjero estadounidense clonó a la vaca Holstein Vandyk-K Integrity Paradise, que luego fue inseminada con el semen de un toro. Embriones congelados de esta unión fueron vendidos a tres granjas británicas.

La familia Innes, que posee una granja cerca de Inverness en el norte de Escocia, confirmó el miércoles haber comprado en 2008 dos toros provenientes del clon estadounidense.

“Nos informamos con las autoridades competentes de ese entonces para asegurarnos que esto era legal y nos aseguraron que no había ningún problema”, afirmó Steven Innes, preocupado por la suerte de sus 96 vacas “clones de tercera generación”.

El director general de la FSA, Tim Smith, estimó que este tipo de situación era inevitable. “Nos es imposible quedarnos junto a cada animal y seguir todas las etapas de su ciclo de vida”, declaró a la BBC.

La clonación de animales ha generado numerosos debates desde el nacimiento en 1996 en Escocia de la oveja Dolly, primer mamífero clonado.

El 45% de los británicos afirma que no quiere consumir productos alimenticios provenientes de animales clonados, contra un 34% que no ve inconveniente, según un sondeo Yougov publicado esta semana.

Los detractores de la clonación, como la asociación británica Compassion in World Farming dicen que esta técnica pone en peligro la salud de los animales.

Los profesionales de la clonación ven por el contrario una posibilidad de brindar a los criadores animales excepcionales, carne con menos grasa, o una mayor producción lechera.